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20/2/2018 

Es una de las principales causas de discapacidad entre las personas mayores en todo el mundo. 


Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- La demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva, es decir, la capacidad para procesar el pensamiento, más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal.
 
Afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia no se ve afectada. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación.
 
Sus causa son diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.
 
La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino también para sus cuidadores y familiares. A menudo hay una falta de concienciación y comprensión de este síndrome, lo que puede causar estigmatización y suponer un obstáculo para que las personas acudan a los oportunos servicios de diagnóstico y atención.
 
- Signos y síntomas
 
La demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla. Los signos y síntomas relacionados con la demencia se pueden entender en tres etapas.
 
Etapa temprana: a menudo pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino.
 
Los síntomas más comunes incluyen:
 
- Tendencia al olvido.
 
- Pérdida de la noción del tiempo.
 
- Desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.
 
Etapa intermedia: a medida que la demencia evoluciona, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y limitadores. En esta etapa las personas afectadas empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas; se encuentran desubicadas en su propio hogar; tienen cada vez más dificultades para comunicarse; comienzan a necesitar ayuda con el aseo y cuidado personal; y sufren cambios de comportamiento.
 
Etapa tardía: en la última fase de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más evidentes. Los síntomas incluyen:
 
- Creciente desubicación en el tiempo y en el espacio.
 
- Dificultades para reconocer a familiares y amigos.
 
- Necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal.
 
- Dificultades para caminar.
 
- Alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones.
 
- Formas más comunes de demencia
 
Las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otros tipos frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). Los límites entre los distintos tipos son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas.
 
La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos.

Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Buena parte de ese incremento puede achacarse al hecho de que en los países de ingresos bajos y medios el número de personas con demencia tenderá a aumentar cada vez más.




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