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18/8/2014 

Una de cada cuatro consultas tienen que ver con esta enfermedad, que a nivel mundial es considerada un flagelo y causa el 12% de las enfermedades mundiales.  


Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Cuando una figura pública se suicida producto de un cuadro de depresión, como parece ser el caso del actor norteamericano Robin Williams, el tema de esta enfermedad vuelve a ser noticia. A tal punto se ha propagado este mal que la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de “flagelo” y alerta por las consecuencias en la sociedad. En el país, este fenómeno no es ajeno. Según la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), en la última década es “significativo” el aumento de las consulta, aunque aseguraron que no existen datos concretos sobre el impacto en la sociedad.
 
La alternativa del solo uso de medicamentos, está en discusión. 
 
La APSA dice que por lo menos “una de cada cuatro personas que llegan al consultorio de un especialista en salud mental lo hace con síntomas emocionales como la tristeza, la angustia, la apatía o el desgano, o cuadros depresivos más afianzados”. Desde la APSA afirman que el aumento de ese tipo de consultas que se fue dando especialmente en los últimos 10 años “es significativo en la práctica, aunque no se dispone de estudios poblacionales”.
 
"La predicción de la OMS se fundamenta en que las condiciones de vida actuales favorecen el desarrollo de estos estados, que se manifiestan junto con otras alteraciones psicosomáticas y diversas situaciones sociales y familiares", indicó Horacio Vommaro, presidente de la APSA y presidente honorario del Capítulo de Violencia y Salud Mental de la entidad.

"La OMS planteó en reiteradas oportunidades que estamos ante una verdadera catástrofe epidemiológica, en la que los desórdenes mentales representan el 12% de las causas de enfermedad en el mundo. Del total de las patologías, los informes epidemiológicos evidencian que hay cerca de un 46% de cuadros depresivos. La OMS ya los considera el flagelo de este siglo”, indicó. 

En mayo pasado, la OMS publicó su último informe sobre salud adolescente en el mundo. Allí, alertó sobre que la depresión ya se había instalado como la primera causa de enfermedades y discapacidad en los adolescentes. No sólo eso: también es la tercera causa de muerte entre los 10 y 19 años.
 
En la misma nota, Andrés Rascovsky, ex presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explica que "la vida cotidiana de la modernidad está acosada por un proceso de duelo o síntomas depresivos que, no bien elaborado o tratado, se vuelve difícil superarlo de forma espontánea. Es por eso que los consultorios que lo ofrecen se han extendido mucho en estos años", dijo.
 
Pero cuando el reproche, la tristeza y la apatía comienzan a poner en riesgo la vida, hay indicadores que ayudan a darse cuenta de cuándo una persona pasa de un duelo normal a uno patológico. Rascovsky mencionó el aislamiento excesivo, la falta de interacción con otros, la retracción, el desinterés por las cosas y la pérdida de la esperanza.
 
Los medicamentos, una alternativa que debe tomarse en el marco de un tratamiento integral, según los especialistas.
 
Por eso, se recomienda que los familiares o los amigos que perciban esas conductas realicen una consulta precoz para guiar un proceso de curación "que no es una medicación ni una palmada en la espalda".



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