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19/4/2014 

La droga ilícita más consumida de EE.UU se asocia a menudo con problemas de motivación, atención, aprendizaje y memoria. 


Madrid (España).- El tamaño y la forma de las dos regiones del cerebro implicadas en la emoción y la motivación pueden ser diferentes en los adultos jóvenes que fuman marihuana por lo menos una vez por semana, según advierte un estudio que se publica esta semana en "The Journal of Neuroscience"
 
Los hallazgos sugieren que el uso recreativo de marihuana puede conducir a cambios en el cerebro no identificados previamente y pone de relieve la importancia de la investigación destinada a comprender los efectos a largo plazo del consumo entre bajo y moderado de marihuana sobre el cerebro
 
La marihuana es la droga ilícita más consumida en Estados Unidos, con un estimado de 18,9 millones de personas que informan sobre uso reciente, según el análisis con datos más actuales de la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud Mental.
 
El consumo de marihuana se asocia a menudo con problemas de motivación, atención, aprendizaje y memoria. 
 
Además, estudios previos en los que se ha expuesto a animales al tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo de la marihuana, muestran que la exposición repetida a la droga provoca cambios estructurales en las regiones del cerebro involucradas con estas funciones, pero se sabe menos acerca de cómo un consumo de bajo a moderado afecta a la estructura cerebral de las personas, sobre todo adolescentes y adultos jóvenes
 
El equipo de científicos comparó el tamaño, la forma y la densidad del núcleo accumbens y la amígdala, una región del cerebro que juega un papel central en la emoción, de 20 usuarios de marihuana y 20 no consumidores. Se pidió a cada consumidor de marihuana que informara sobre su consumo de drogas durante un periodo de tres meses, incluyendo el número de días que fumaba y la cantidad de la droga que tomaba diariamente
 
Los científicos encontraron que cuanta más marihuana dijeron consumir los que sí tomaban esta droga, mayores eran las anomalías en el núcleo accumbens y la amígdala, además de que la forma y densidad de ambas partes también difería entre los consumidores de marihuana y los no usuarios. "Este estudio plantea un fuerte desafío a la idea de que el consumo de marihuana ocasional no está asociado con malas consecuencias", concluye Breiter.
 



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