Pese a la crisis política y económica, la pérdida de valores o de perspectivas de futuro, "el ser humano tiene una capacidad extraordinaria para potenciar el bienestar mental". El estrés diario que nos provoca la congestión del tránsito, hacer colas, viajar en cualquier medio de transporte público, el miedo a que la crisis nos pegue, llegar a casa cansados y tener que atender las múltiples necesidades de los hijos, entre otras, son situaciones que merman cada día el bienestar individual y, con ello, la salud. Numerosos estudios avalan que detrás de muchas enfermedades se encuentra el estrés y el no ser feliz.

Yo me pregunto: ¿Tenemos algún modo para mejorar nuestro humor y, por ende, nuestra salud?...

Les propongo algunos puntos de vista para superarse.

En busca del bienestar y la felicidad

• Savoring. Es una de las técnicas que utiliza la psicología positiva para potenciar las experiencias agradables. Una nueva corriente sobre el comportamiento humano que proporciona argumentos serios en la búsqueda de la felicidad. Es una disciplina tendiente a encontrar placeres en nuevas sensaciones, en nuevas experiencias, muchas de ellas acercándonos al disfrute de la mentalidad de los niños. La idea es recobrar en algunos momentos la ingenuidad del niño y disfrutar por disfrutar, sin importarnos nada más.

Por ejemplo: disfrutar de un juego, degustar un alimento, de un baño relajante, de dormir de día y estar toda la noche despierto, escribir o pintar por el simple placer de ver qué somos capaces de hacer, etc. Lo importante es centrarse en pasar de un estado mental “menos 10” a “más 10”

• Actitud Positiva. Los optimistas tienen una menor incidencia de mortalidad cardiaca y menos riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Cuando alguien está negativo, no deprimido sino “bajoneado”, lo mejor es activar tanto la mente como el cuerpo. Se recomienda practicar deportes ya que cuando el cuerpo está en movimiento permite estar más relajado y liberado del entorno

• Resiliencia. Es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante tragedias, traumas, amenazas o estrés severo. Implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar

• El dinero NO hace la felicidad. Aunque la mitad de la felicidad depende de los genes y un 10% de lo que nos sucede, el resto (40%) podemos cambiarlo. Es de vital importancia mantenerse con el mejor estado psicológico posible. Y para ello, una actividad reconfortante es la mejor fórmula. El dinero no nos hace felices, pero sí el bienestar personal que surge de la participación ciudadana, involucrarse en movimientos sociales que buscan un mundo mejor o con algunas tradiciones o religiones que fomenten la pertenencia a un grupo

• Buen Humor. Elimina el estrés y aumenta la creatividad. Quintuplica la capacidad de crear y mejora la toma de decisiones. Además acerca a las personas y las vuelve más generosas. Sale muy barato y mejora el bienestar

Recuerde: Para cambiar, hay que hacer cosas diferentes y no quedarse enganchado al malestar. Cuide los bienes básicos como la comida, la salud, el sexo y las relaciones sociales. Es importante ayudar de alguna manera a los demás y salir en familia o con amigos, aunque sea a caminar y hablar, porque eso produce bienestar

Aristóteles dijo hace casi 2.500 años: “La felicidad es el objetivo principal de todas las personas”... o debería serlo, agrego.

Hasta nuestro próximo encuentro...

Dr. Sergio Zimmer
Director
Editorial Revista Proyecto Salud

Año 3 Nº 34 - Marzo 2013