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13/2/2013 

Por el Dr. Sergio Zimmer.


Se acabó, lo bueno dura poco.

 

El regreso a las obligaciones se hace más difícil, tras unas merecidas vacaciones de verano y pueden producir problemas de adaptación y de salud. Muchas personas se resienten del cambio de un periodo de ocio y tranquilidad a otro en el que predominan las obligaciones y los problemas. Se da aquí una "paradoja", pese al descanso, en vez de empezar relajado, con las pilas recargadas y haber logrado liberarse por unos días de las exigencias cotidianas, estamos angustiados, con falta de energía, dificultad para dormir y retomar el ritmo, falta de concentración e irritabilidad. Razones para todo esto sobran (volver a levantarse temprano; retomar las obligaciones, las responsabilidades y los horarios; la congestión vehicular; las largas filas para cualquier trámite; estar a los empujones para poder sentarse en el transporte público) y son, sin lugar a duda, factores que generan cierto grado de malestar y que provocan que cada vez más personas padezcan desmotivación y desgano o cambios en su estado anímico.

 

- Qué hacer

 

Mentalice el regreso

Motívese para empezar dándose algún gusto

Durante los últimos días haga un pequeño plan personal y escríbalo

Adopte una actitud positiva frente a los problemas con nuevas soluciones e intente restarles importancia

Establezca nuevos objetivos en su vida familiar y laboral

Vuelva progresivamente a la vida normal. No intente empezar a todo ritmo 

No se lleve trabajo a casa los primeros días

Realice actividad física diaria y ejercicios de respiración y relajación

Levante el ánimo y, si puede, planee mini vacaciones para un fin de semana largo

 

Volver a la rutina luego del descanso puede ser una tarea difícil, por eso se recomienda hacer un aterrizaje más suave para no aturdirse en los primeros días. La vuelta al trabajo supone un cambio brusco en nuestra vida y que, si no la gestionamos de forma adecuada, puede hacer que casi olvidemos las vacaciones a las pocas horas de haberlas terminado. Lo importante ahora es no perder la calma. Es bueno permitirse un período intermedio para volver a la rutina. No es recomendable volver  a la actividad plena inmediatamente después del descanso.

 

Hay que dedicar los primeros días a las tareas que nos resultan más dinámicas, divertidas y fáciles y prolongar, dentro de las posibilidades, aquellas que nos dan más trabajo o no nos gustan. Mantener el control sobre las cosas que van apareciendo evita que su mente se irrite.     

 

Es fundamental tomarse “respiros”. Intercalar descansos breves durante la actividad cotidiana (ponerse de pie, mirar un rato a lo lejos o estírarse un poco) ayuda a no agotar las energías tan rápido. Estas aparentes pérdidas de tiempo contribuyen a su productividad mucho más de lo que piensa. También es muy recomendable planificar “escapadas” de fin de semana para descansar y relajarse.

 

No sirve poner todas las expectativas en las vacaciones del año próximo...es mucho tiempo y el cuerpo necesita parar más seguido.

 

Recuerde. El año ya comenzó y puede traerle muchas cosas buenas que no dependen de la suerte ni del azar, sino de usted mismo. Además... NO descuide su salud

 

Hasta nuestro próximo encuentro...

 

Dr. Sergio Zimmer
Director
Editorial Revista Proyecto Salud

Año 3 Nº 33 - Febrero 2013

 




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