28/3/2010 Es una enfermedad metabólica caracterizada por el aumento de la producción de ácido úrico o por una deficiencia en su eliminación por la orina causando inflamación y dolor en articulaciones y órganos. La gota ocurre sobre todo en hombres en un 80% de los caos entre los 40 y 50 años de edad. En mujeres puede ocurrir después de la menopausia y es poco frecuente antes de ésta. Existe una predisposición hereditaria, y suele aparecer a partir del consumo excesivo de determinados alimentos que contienen purinas, como carnes rojas, mariscos, algunos pescados, vísceras, arvejas y porotos y/o de bebidas alcohólicas. El estrés puede aumentar los niveles de ácido úrico en la sangre y provocar ataques de gota.
Cuando se produce una cantidad mayor que la que se puede filtrar y eliminar por los riñones, se acumula, formando cristales. Cuando los cristales de ácido úrico se precipitan forman acúmulos que reciben el nombre de tofos.
Si se depositan en una articulación causan inflamación de la misma o artritis; pueden depositarse en el riñón y ocasionar una nefritis o la formación de cálculos o piedras que pueden obstruir el flujo de orina y provocar cólicos renales muy dolorosos.
El primer acceso de gota es, con frecuencia, súbito y agudo, y por lo general afecta la articulación del dedo gordo del pie provocando inflamación, hinchazón, dolor y, si el problema persiste, una notoria deformación. Los ataques pueden ser repentinos o desencadenados por lesiones mínimas y generalmente suceden por la noche. Puede haber fiebre, escalofríos, taquicardia. Si el proceso continúa, puede deformar y limitar el movimiento de la articulación. Los ataques sucesivos se pueden presentar, meses después, en la misma articulación o en otras, como en la rodilla, los dedos de las manos o el codo. Pueden formarse nódulos dolorosos por debajo de la piel en las zonas articulares y en los cartílagos de las orejas.
Ante la sospecha el médico solicitará unas pruebas muy sencillas en sangre y orina para determinar la cantidad de ácido úrico.
El tratamiento es diferente para cada etapa. Para la crisis aguda se usan antiinflamatorios. Una vez resuelto el ataque agudo, se pueden usar medicamentos que reducen la producción anormal de ácido úrico. Además, se hará recomendaciones dietéticas para reducir la ingestión de ciertos alimentos y evitar la ingestión de alcohol.
Por supuesto, también se le dará instrucciones acerca de problemas asociados como hipertensión, diabetes, obesidad o medicamentos que deba evitar.
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