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18/3/2010 

La miopía es la situación en que los ojos pueden “registrar” bien los objetos que están cerca, pero no pueden enfocarlos con claridad de lejos.
 
Es un error refractivo que suele ser detectado durante la infancia.
 
Los niños miopes se aproximan mucho al objeto cuando realizan tareas de cerca, como leer y escribir. En el colegio se acercan a la pizarra para verla. Desde que se detecta hasta 20 años de edad, la miopía puede ir aumentando, a veces tan rápidamente que se necesitan cambios de anteojos muy seguidos.
 
A partir de los 20 años, las variaciones suelen ser menores y mucho más lentas. Leer mucho, iluminaciones deficientes, factores nutricionales o utilizar lentes de contacto no causan la miopía ni influyen sobre su evolución.
 
Las miopías de más de 6 dioptrías se consideran “altas” y necesitan controles periódicos de la retina, ya que pueden aparecer desprendimientos de retina con más frecuencia que en un ojo normal.
 
El ojo miope es habitualmente más alargado de lo normal. En estas condiciones, las “lentes” naturales del ojo (córnea y cristalino) no pueden enfocar suficientemente bien los objetos que están lejos, que quedan enfocados por delante de la retina.
 
La miopía también puede ser debida a cambios en la forma de la córnea o del cristalino, aunque más raramente. En cualquier caso, el resultado final es el mismo: los objetos quedan enfocados por delante de la retina.
 
= Los anteojos (de cerca, de lejos, bifocales, progresivos, con filtros solares) no suelen suponer ningún problema para las personas con defectos de refracciones leves o que no necesitan utilizarlos permanentemente.
 
= Las lentes de contacto pueden ser duras, rígidas permeables al gas y blandas. Las lentes duras actualmente se utilizan muy poco. Las lentes rígidas permeables al gas son, en general, las menos perjudiciales para el ojo, ya que son las más permeables al oxígeno. Pueden corregir astigmatismos mejor que las blandas. Las lentes blandas, más confortables que las anteriores, pueden presentar ocasionalmente intolerancias después de un tiempo variable de utilización.
 
Las lentes de contacto no solamente son útiles desde el punto de vista estético, sino porque permiten una mejor calidad visual que los anteojos, permitiendo además una visión lateral tan buena como la frontal.
 
- Cirugía refractiva
 
La tercera alternativa es la cirugía. Muchas personas con defectos de refracción no desean tener que depender de los anteojos para realizar cualquier actividad. Las lentes de contacto no suponen una solución para todos ellos. Circunstancias especiales (bomberos, policía...) así como la actividad individual, deportiva o la intolerancia física o psíquica a las lentes de contacto hacen pensar en una intervención quirúrgica.
 
No todos los problemas refractivos y no todas las personas pueden ser candidatos a este tipo de cirugía.
 
El medico oftalmólogo, luego de un minucioso examen del paciente, será el que finalmente decida si la cirugía es aconsejable y cual será el tipo de intervención.
El objetivo básico de esta cirugía es, sin lugar a dudas, la satisfacción y felicidad de nuestro paciente, mejorando su capacidad visual mientras practica sus actividades normales.
Generalmente, reduce o elimina su dependencia a las lentes correctoras.
 
 
- Técnica quirúrgica
 
La cirugía refractiva corneal se realiza bajo anestesia tópica (solo con gotas), no requiere internación, ya que se realiza de forma ambulatoria. El ojo se ocluye con parche durante 24 hs, o protector ocular plástico y luego se colocan gotas de antibióticos durante 15 días.
 
Esta cirugía tiene una duración aproximada de 10-15 minutos, siendo absolutamente indolora.
El procedimiento que utilizamos actualmente, es la queratomileusis in situ asistida con láser o LASIK.
 
El objetivo es moldear la superficie corneal anterior de manera que corrija el defecto refractivo del ojo tratado, tal y como lo haría una lente de contacto (por ej. si tratamos un ojo miope, nuestro objetivo es aplanar la zona central en función del número de dioptrías a corregir).
 
La decisión se basa también en otros factores particulares como: la edad, profesión, actividad deportiva,   y examen oftalmológico de ambos ojos.
 
El LASIK combina las ventajas de la cirugía lamelar, esto es respetar la integridad de la parte más anterior de la córnea, con la precisión en la microextracción del tejido y el mantenimiento de la integridad estructural de la córnea que nos ofrece la tecnología láser.
 
Otros pacientes son candidatos a Cirugía Refractiva Intraocular, en especial en aquellos ojos adultos que presentan cierto grado de opacificación del cristalino, o dicho de otro modo, que están empezando a desarrollar una catarata. Nuestro objetivo es entonces sustituirlo por una lente intraocular con el grado exacto de dioptrías que precise cada paciente.
 
Esta cirugía, en caso de estar indicada, se realiza también en forma ambulatoria, (sin internación), bajo anestesia local.



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