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23/10/2009 

El 28% de los argentinos podría sufrir un tipo de trastorno de la ansiedad. Los trastornos de la ansiedad afectan en un 62% a las mujeres y un 38% a hombres. Con respecto a la edad, las mayores demandas de consultan se concentran entre los 20 y 30 años, aunque la demanda se extiende hasta los 40 años.  El miedo y la fobia son conceptos diferentes que tienden a confundirse. Cómo diferenciar los tipos de trastornos de ansiedad para tratarlos correctamente.

Mientras que el miedo es un sentimiento normal que se presenta ante un peligro inminente, las fobias, uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad, es un temor irracional y exagerado ante objetos, animales o situaciones cuya peligrosidad no justifica esa reacción.

- Cuales son los trastornos de ansiedad más frecuentes

Los trastornos de consulta más frecuente son: pánico con agorafobia (33%); trastorno por ansiedad social (23%); trastorno por ansiedad generalizada (12%).

* Agorafobia:

Marcado temor a alejarse del domicilio, a caminar solos por la calle, viajar en medios de transportes. Son siete veces más frecuentes en las mujeres, que en los hombres.

* Ataque de pánico:

Es uno de los trastornos de ansiedad que más se incrementó. Las crisis que se presentan son espontáneas e inesperadas, y simulan una crisis cardiaca. Es decir, cuando se produce un hecho desencadenante (que puede ser la muerte de un familiar, un susto, o un hecho banal como agacharse bruscamente) comienzan a repetirse síntomas inesperados durante un tiempo breve -suelen durar entre 10 y 20 minutos- pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día, en algunos casos.

Quien padece esta enfermedad de múltiples causas (donde intervienen la predisposición genética, factores desencadenantes y condicionamientos psicosociales) generalmente recibe la incomprensión de su familia, pues prevalece el desconocimiento que lleva a restarle importancia o a culpar al "panicoso" de no poner voluntad. Así, su calidad de vida y la de su entorno disminuyen notablemente.

- Síntomas:

- Sudoración
- Sensación de ahogo o dificultad para tragar
- Sensación de irrealidad o despersonalización (estar separado de uno mismo)
- Náuseas o molestias abdominales
- Temblores o flojedad en las piernas
- Palpitaciones o taquicardia
- Inestabilidad, mareo o desmayo
- Opresión o malestar toráxico
- Miedo a perder el control o volverse loco
- Miedo a morir

Si una persona padece cuatro o más de estos síntomas acompañados con la aparición temporal y aislada de miedo puede tratarse de un ataque de pánico, por lo que debería consultar con un profesional para un diagnóstico y tratamiento adecuado.

Muchas de las personas con pánico pasan años consultando a médicos de diferentes especialidades antes de llegar a un especialista en psiquiatría y lograr un diagnóstico preciso.

* Trastorno de ansiedad social (TAS):

Es un trastorno hoy bien definido, crónico, que arruina o disminuye fuertemente la calidad de vida del individuo. Es un miedo irracional a hacer el ridículo, a cometer un error.

Las personas que la padecen, comienzan a sentir: sudoración, palpitaciones, deseos urgentes de orinar, falta de aire, mareos, sensación de desmayo, fuerte temblor cuando no se pone terriblemente colorado temblor cuando no se pone terriblemente colorado, etc., cuando, por ejemplo deben concurrir a realizar algún tramite, a la universidad, etc.

En ocasiones, este temor particular se presenta en situaciones nuevas, o se circunscribe a determinadas situaciones como dar examen, hablar en público o ejecutar un instrumento. En otros casos, la fobia es generalizada y el paciente evita toda situación de contacto social.

Este tipo de trastornos comienza generalmente en la infancia o en la adolescencia y puede prolongarse indefinidamente toda la vida.

Lamentablemente, el trastorno permanece sin diagnóstico ya que es raro que el paciente consulte por el problema a un especialista, no siendo la mayoría de las veces, el cuadro, reconocido por médicos generales.

El paciente se define como tímido, evita o no cumple con los horarios y compromisos sociales. A veces hasta rechaza una promoción en su trabajo, abandonan sus carreras, a causa de que implica mayor contacto social.

Afecta algo más a los varones que a las mujeres, incide en 13 de cada 100 personas según estadísticas norteamericanas y se complica frecuentemente con depresión secundaria, abuso de alcohol, drogas o medicamentos ansiolíticos mal administrados.

Lo curioso de éste trastorno, si se le deja librado a su normal evolución o no se realiza el tratamiento adecuado, se cronifica y se va hacia la depresión o el abuso de sustancias.

Lo que importa, como siempre, es que el diagnóstico precoz evita las complicaciones y permite disfrutar de una mayor calidad de vida.

* Trastorno obsesivo compulsivo (TOC):

Es una enfermedad en que el individuo que la padece, es avasallado por pensamientos violentos, angustiantes y hace rituales para evitarlos.

Muchas veces, nos enteramos o conocemos a personas que, usan guantes aunque sea verano, verifican que la llave de gas este perfectamente cerrada, guardan objetos innecesarios, pasan horas del día acomodando los placares, bajan tres veces de su auto para comprobar que cerraron con llave la puerta de su casa, y creemos estar frente a personas “maniacas”, desconociendo que estas actitudes repetitivas y absurdas son las que nos indican que la persona que la realiza esta sufriendo una obsesión.

Obsesión por la limpieza, por verificar todo, por acumular, por ordenar simétricamente y no poder elegir, son cinco formas en que puede llegar a expresarse el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), una enfermedad psiquiátrica que altera la vida de quien lo sufre.

En otros casos el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo:
. El sujeto ve una tijera y teme sufrir el impulso de clavársela a un ser querido.
. Siente la compulsión de robar un objeto, de realizar un acto cualquiera, de orinar en determinado sitio

La persona con TOC cree que si no concreta el ritual, se va a desencadenar un hecho trágico.

Claro que esos rasgos deben persistir durante mucho tiempo para considerarse una enfermedad. Y en el caso de los chicos, esos rasgos no deben confundirse con la necesidad de repetición que forma parte de su proceso de aprendizaje.

Puede aparecer en la infancia, aunque la persona obsesiva compulsiva -o su familiar- suelen demorar hasta siete años en recurrir a un especialista. "Para que surja son necesarios una carga genética, una lesión física como haber sufrido meningitis o tener padres con TOC.

El obsesivo compulsivo sabe qué le pasa, se siente ridículo y hasta humillado por lo que le sucede.

Cuando las obsesiones y compulsiones no son pasajeras e interfieren en un normal desarrollo de la vida conviene consultar a un especialista.

La modalidad terapéutica actual es combinar psicofármacos, con psicoterapia. "Al tratamiento con medicamentos, puede sumarse la terapia cognitiva comportamental. Creemos que el trabajo en grupo es muy eficaz porque genera esperanza, la idea de que no se está solo y un mecanismo de identificación que genera una competitividad sana"

La terapia cognitiva trabaja sobre el modelo del procesamiento de la información. Lleva gradualmente al paciente a que enfrente la situación que teme evitando el ritual compulsivo "para que desconfirme" su idea rara. Es limitada en el tiempo y centrada en el aquí y el ahora del paciente con un programa de tareas para realizar en su entorno habitual.

Estudios científicos realizados últimamente, hallaron una fuerte correlación entre trastornos de personalidad con pensamientos bizarros (como el obsesivo-compulsivo) y un incremento en una enzima que regula el metabolismo de los neurotransmisores.

* Trastorno de ansiedad generalizada (TAG):

Se presenta como una preocupación excesiva, con relación a una situación, eventos o a otras personas. Lo sufre alrededor del 5 % de la población. Las personas que lo sufren están constantemente pensando y anticipándose negativamente a los hechos. Por ejemplo, se preocupan por posibles accidentes o desgracias que puede sufrir algún familiar, aunque este, no se encuentre en peligro o en riesgo.

Este tipo de miedo es crónico, y es por esto que la persona necesita tener constantes reaseguros a fin de poder bajar su nivel de ansiedad. Como por ej., llamar o hacer que lo llamen varias veces en el día los familiares para confirmarle que están bien. Suele confundirse con un tipo de personalidad "ansiosa" y de ahí que la persona llegue a consulta después de padecerlo mucho tiempo.

Se presenta abruptamente. Existe en el individuo una predisposición hereditaria para sufrir el trastorno de ansiedad generalizada, al igual que como ocurre con todas las personas que sufren un cuadro de ansiedad.

Por lo general el poder imaginativo de los que sufren esta patología es muy alto y muy rico, lamentablemente no muy variado. Por esto si el esposo no llega a horario, se imaginan que pronto van a tocar y timbre y le dirán: “Usted es la viuda de González" o si pasa una ambulancia con la sirena, inmediatamente lo asocian “con un accidente del familiar".

Los síntomas son: tensión motora (temblores, dolores musculares, inquietud), sensaciones corporales (ahogos, taquicardias, diarreas, nauseas, "nudo en la garganta" etc.) hipervigilancia, dificultad para concentrarse, dificultades para dormir exageración en la respuesta de alarma.

La realidad nos muestra que existe una disminución notable en la calidad de vida del paciente, y los familiares se ven coartados y limitados en sus propias actividades ya que tienen que estar constantemente informando a qué lugares van, cuanto tiempo se van a demorar. Y cuando ocurre algún imprevisto tratan de avisar lo más rápido posible a fin de que el otro se quede más tranquilo.

* Trastorno por estrés post traumático:

Es la aparición de una serie de síntomas que le siguen a la exposición de un acontecimiento estresante, traumático, real. Los síntomas pueden ser sueños recurrentes, imágenes intrusas, como un accidente automovilístico.

* Las fobias específicas:

En cuanto a las fobias específicas, las más frecuentes son: claustrofobia, miedo al avión, emetafobia (miedo a vomitar); miedo a los insectos; amoxofobia (miedo a manejar); miedos a las agujas y la sangre; miedo a animales domésticos (perros y gatos); miedo a las palomas y otras aves; miedo a los sapos; acrofobia (miedo a las alturas).

Temores irracionales, ante la presencia de cualquier objeto o situación temida como animales (cucarachas, ratas, etc.) o parte de ellos (plumas, etc.), sustancias u objetos (sangre, botones) o situaciones (tormentas, inundaciones, etc.) que provocan fuerte temor al exponerse a ellas y que el paciente trata a toda costa de evitar.

Como la claustrofobia, una de las más comunes fobias específicas, que es el temor a encontrarse en lugares cerrados, pequeños y no poder escapar, situación que provoca trastornos parecidos a una crisis de pánico

El cuadro fóbico es un padecimiento crónico, pero de excelente pronóstico.

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