fiebre_amarilla_tmb.jpg
14/5/2018 

Lo anunciaron los ministros de Salud, Adolfo Rubinstein, y de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao; y la interventora de Anlis-Malbrán, Claudia Perandones. 


Ciudad de Buenos Aires.- Argentina fabricará la vacuna de fiebre amarilla en el predio del instituto Anlis-Malbrán, en Barracas, a partir de un convenio con la fundación brasileña Fiocruz que transfirió al país gratuitamente la tecnología, en el contexto de déficit global de la sustancia para inmunizar contra la enfermedad reemergente en la región.

La Argentina tiene en su historia un capítulo trágico con la fiebre amarilla. En 1871 una epidemia de esa enfermedad mató a 13.614 personas, de las cuales la mitad eran niños. Por aquellos años, aún no se sabía que el mosquito Aedes aegypti era el vector. Mucho menos se podía pensar en una vacuna.
 
Con la fiebre amarilla otra vez en el medio de la escena regional, pero con 147 años de avance científico en el camino, Argentina comenzará a producir la vacuna contra la fiebre amarilla en el predio del instituto ANLIS “Dr. Carlos Malbrán”, ubicado en el barrio porteño de Barracas. Este viernes se firmó el acuerdo de cooperación técnica recíproca entre el Ministerio de Salud, el Ministerio de Ciencia, el Instituto ANLIS “Dr. Carlos Malbrán”, la ANMAT y la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos. El desarrollo se realizará con el apoyo de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz)que produce la vacuna en Brasil-, que brindará gratuitamente la tecnología para el desarrollo.
 
Con una inversión de unos 250 millones de pesos, el objetivo es lograr una producción inicial de cinco millones de dosis que estarían disponibles para el último trimestre de 2019.
 
“Para hacer una estimación inicial de producción tomamos en cuenta la población que decidió viajar a Brasil, ya sea por vacaciones o por trabajo, y la población que está en las provincias limítrofes, que es importante tenerla en cuenta para la cobertura de la vacuna. También consideramos la posible provisión de vacunas a Paraguay y Uruguay, que también se están viendo afectados por el brote en Brasil”, explicó la doctora Claudia Perandones, interventora del ANLIS, instituto donde se llevará adelante la producción.
 
El último verano viajaron a Brasil 1,8 millones de argentinos, según datos de la Secretaría de Turismo. En ese momento, recomendación de aplicación de la vacuna era para quienes viajaban a determinadas regiones del país vecino. Aún así, hubo 7 casos de fiebre amarilla, incluidas dos muertes. “Todos fueron personas que viajaron a zonas de riesgo y que decidieron no vacunarse, pese a que estaba la recomendación. Los que requirieron la vacuna, estuvieron en condiciones de acceder a ella”, añadió Perandones.
 
Según datos del Ministerio de Salud, entre enero y abril de este año en los 10 vacunatorios que dependen de Sanidad de Frontera (hay además otros centros habilitados, en distintos puntos del país) se aplicaron 110.000 dosis contra la fiebre amarilla.
 
“Tenemos que empezar a prepararnos para que tal vez se expandan las zonas de riesgo de fiebre amarilla y debemos pensar cómo responder a la demanda potencial. Además, sin dudas tenemos que mejorar las tasas de cobertura”, afirmó el ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein. Por su parte, el ministro de Ciencia, Lino Barañao, coincidió en que este desarrollo busca "dar una respuesta a tiempo para la fiebre amarilla".
 
La decisión de comenzar a producir localmente la vacuna tiene que ver también con “un déficit global que hay de vacuna de fiebre amarilla. A su vez hay muy pocos productores”, añadió el ministro. Durante el verano, debido a la alta demanda de vacuna se habilitaron más vacunatorios para inmunizar contra la fiebre amarilla y debió reforzarse el stock.
 
Según se indicó durante el acto de firma del convenio, el Ministerio de Salud "establecerá las estrategias de prevención epidemiológica, desarrollará los lineamientos técnicos de vacunación, promoverá el desarrollo de investigaciones sobre fiebre amarilla y coordinará el stock y la provisión de insumos necesarios para la prevención", mientras que el Ministerio de Ciencia aportará recursos, capacidades y financiación.
 
El ANLIS, que cuenta con experiencia en producción de vacunas, brindará el espacio físico y los recursos humanos necesarios, la ANMAT dará orientación sobre el marco regulatorio y apoyo logístico y la ANLAP proveerá también recursos económicos.



print.gif  friend.gif