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14/1/2017 

Tras el alerta por los "blackout". Desde la Comisión Europea aseguran que la degradación de las tintas libera sustancias cancerígenas. 


Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- La semana pasada, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) había advertido sobre los peligros para la salud que pueden acarrear los tatuajes y ponían principal atención en los “blackout”. Ahora un informe de la Comisión Europea vuelve a referirse al tema: esta vez, apuntando a los tintes que, según dicho organismo, pueden liberar sustancias cancerígenas. La exposición al sol o la aplicación de láser sobre la piel pintada degradaría los pigmentos que se utilizan y generaría el daño.
 
Desde la Comisión, que depende de la Unión Europea, advierten que “se han encontrado en el mercado europeo tatuajes que contienen productos químicos peligrosos como, por ejemplo, hidrocarburos aromáticos policíclicos (43%), aminas aromáticas (14%), metales pesados (9%) y conservantes (6%)”.
 
En el mismo trabajo, que se titula “Seguridad de los tatuajes y maquillaje permanente”, los especialistas alertan que en el 11% de los casos analizados se ha detectado “contaminación microbiológica”.
 
María Areses Vidal, de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), destacó en el marco del informe que más del 80% de los colorantes utilizados en los tatuajes son orgánicos y, de ellos, más del 60% son pigmentos azoicos que, en algunos casos, pueden liberar aminas aromáticas. Según la especialista, estas sustancias están vinculadas a la aparición de algunos tipos de cáncer, como el de vejiga, y se suelen emplear en varias industrias: la textil, la de la goma y la del aluminio. Algunos productos que contienen estos materiales fueron prohibidos en 2003 por la Unión Europea.
 
El riesgo concreto se daría al exponer la zona tatuada a la luz solar o el láser porque, en estos casos, existe la posibilidad de que la tinta se degrade y se estima que dicho proceso pondría en riesgo la salud de la persona. En esta línea, el organismo europeo remarcó que hasta un 5% de los que tienen dibujos permanentes en su cuerpo pueden sufrir “infecciones bacterianas, alergias agudas o hipersensibilidad retardada”. Aunque aclararon que “algunas reacciones, frecuentemente exacerbadas por la exposición al sol, son impredecibles” y pueden aparecer incluso después de décadas de realizado el tatuaje.
 
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recomendó al respecto elegir colores azules, grises y negros a la hora de pintarse alguna parte del cuerpo, porque se eliminan con mayor facilidad; y evitar los amarillos y verdes, que son los más difíciles de quitar. Por último, sugirió descartar los rojos y naranjas ya que suelen provocar efectos no deseados.
 
Juan Pedro Russo, dermatólogo miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y del Hospital San Martin de la Plata, sostuvo que varias de estas sustancias se usan para pintar productos industriales, como autos. Y que es cierto que las aminas aromáticas pueden considerarse “un factor de riesgo” para el cáncer de vejiga. Además, explicó que “el láser que se utiliza, por ejemplo, para la fotodepilación o para la remoción de tatuajes genera alteraciones moleculares que podrían derivar en la liberación de sustancias”.
 
Por su parte, Marta La Forgia, médica especialista en dermatología, alergia e inmunología, aseguró que “cuando los procedimientos se extreman como en el caso del blackout (tanto en extensión como en cantidad del material aplicado) la respuesta a largo plazo resulta incierta”.
 
Además, La Forgia señaló como uno de los problemas para brindar precisiones sobre los efectos de los tatuajes permanentes, el hecho de que “en la Argentina no existe regulación respecto de los componentes químicos de los pigmentos”. Y agregó que esto deriva en que, muchas veces, los tatuadores adquieran productos importados de “buena fe” sin estar seguros de lo que contienen.
 
Sobre los colores, la experta, que es coordinadora del grupo Dermatitis por Contacto de la SAD, coincidió en que hay que tener principal cuidado y en lo posible evitar los tintes rojos porque no sólo son difíciles de eliminar sino que, a su vez, pueden contener metales mercuriales.

“En un estudio realizado tiempo atrás en el Hospital Argerich detectamos que estos metales son los responsables de muchas de las reacciones adversas que presentan los pacientes, como la hipersensibilidad”, cerró la dermatóloga. 




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