Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Muchas de las personas que llegan a las consultas de nutrición pidiendo ayuda por sus desórdenes con la comida, presentan historias muy diversas, y algunas son impactantes. En estos casos, el acto de comer, resulta la manera de evitar conectarse con tanto dolor, que por no ser tramitado se transforma finalmente en sufrimiento, afirma el Dr. Juan Martín Romano, médico especialista en nutrición e instructor de mindfulness.
Las situaciones pueden ir desde comer por ansiedad, calmar una profunda insatisfacción, episodios de tristeza, hasta historias de abuso en la infancia, o experiencias de abandono.
¿Qué es comer emocional?
Comer emocional consiste en utilizar la comida para distraer o anestesiar estados emocionales intensos. Algunas personas eligen el alcohol, el tabaco, las drogas o las compras compulsivas buscando alivio. De todas formas, el regulador emocional más elegido sigue siendo comer.
¿Cómo se relacionan las emociones y la comida?
Es fundamental entender que el vínculo que establecemos con la comida no es otra cosa que nuestra forma de percibir el mundo todo. La relación con la comida es el espejo de nuestra relación con nuestra vida. Para poder transformar un desorden de la conducta alimentaria, el aprendizaje de habilidades para la gestión de las emociones resulta imprescindible, además de desarrollar la capacidad para sentirlas y expresarlas a través de la palabra, ejercitando paralelamente, la capacidad de autodominio.
- Causas emocionales que pueden llevarnos a comer en forma automática
- Comer por estrés: El masticar supone un gasto de energía y al implicar una forma de desgarrar y triturar (actividad vinculada a la agresión) se transforma en una forma de reducir la ansiedad, forma rápida y pasajera pero al alcance del paciente.
- Comer por tristeza: Algunas personas presentan un estado de ánimo caído, sin entusiasmo para realizar tareas habituales, que notan como instintivamente aumenta su deseo de consumir chocolate, alimentos estimulantes, carne y otros productos ricos en proteínas e hidratos de carbono. Estos alimentos tienen en su composición química elementos que aumentan los niveles de serotonina, neurotransmisor que se encuentra disminuido cuando el ánimo está deprimido.
- Comer por insatisfacción: Si tenemos en nuestro interior una sensación de vacío, intentamos llenarlo, y comer es una forma fácil de hacerlo. El hecho cierto es que la comida nos distrae y produce una sensación de bienestar breve y fugaz, un efecto pasajero: luego de un rato volvemos a sentirnos como antes.
- Comer en exceso por carencia afectiva: En un intento de recrear episodios felices de la propia historia vinculados en general a la madre nutricia.
- Comer en exceso por placer: Personas que han quedado fijadas al placer vinculado a la oralidad (fumar, tomar, comer) y no han podido descubrir otros estadios de placer.
- Comer en exceso por bronca: Es el daño volcado sobre sí misma/o en una suerte de autodestrucción. Podríamos arriesgar a decir que el caso de Ana se encuadraría dentro de este tópico.
- Comer en exceso como forma de castigo: Una manera de provocar el aislamiento por no sentirse merecedor/a de afecto. Siente culpa por algo que hizo o pensó, y se castiga engordando.
- Comer en exceso por miedo: Como modo de protegerse dentro del cuerpo, (miedo a dejar de ser niña, miedo a mostrarse deseada, miedo a tomar responsabilidades) -Comer en exceso por influencia de los seres queridos: El temor a la desnutrición o el mito que afirma que la gordura es sinónimo de salud.
Resulta imprescindible revisar nuestras experiencias, nuestro sistema de creencias y lo que pensamos. Cambiar nuestro modo de pensar es cambiar lo que sentimos y hacemos. Darnos cuenta del modo en que nos hablamos resulta un modo de reconectarnos con nuestro mundo interno.
La práctica de la atención plena -Mindfulness- es una manera innovadora para aprender a observarnos en nuestra integridad, Pensar -Sentir – Hacer.
Descubrir nuestros condicionamientos, pensamientos automáticos negativos, estado de ánimo, emociones, deseos, impulsos, significará una gran opción para trabajar en nuestra propia transformación.
Todo es un proceso casi artesanal de cambio de hábitos, y que lo importante no es hacer dieta, sino aprender a comer, que es uno de los principales aspectos que la llevará a estar saludable, no simplemente flaca como toda la vida fuimos forzados a ser.
- Cómo controlar la ansiedad por comer
Sabías que la ansiedad por comer puede llevarte a la perdición en tu salud. Te contamos cómo controlar y regular esas ansias de comer a cada rato, de manera natural poniendo en marcha algunos de los ejercicios que veremos en adelante.
Si has sentido que la ansiedad es uno de los inconvenientes principales cuando hablamos de controlar el peso entonces continúa leyendo este breve artículo.
- Recomendaciones
Estos son algunos consejos para controlar la ansiedad por comer, combatir esto puede ser una tarea sencilla, sólo debes tener fuerza de voluntad y realizar pequeños cambios en tu estilo de vida:
1. Ocupa tu mente en otra cosa
Cuando te entre ese deseo de comer más pan o tu dulce favorito, ejemplo el chocolate, concéntrate en alguna actividad. Puedes ir a por una revista para leerla, llamar a un amigo(a), dar una vuelta a la redonda de tu casa u otra cosa que simplemente te aleje de buscar comida.
2. ¡Muévete, has deporte!
Practicar deportes, desplazar y mover el cuerpo son geniales formas de eludir esa inquietud. Al tomar el ritmo y ver el progreso que has logrado haciendo deporte, menos deseos de comer tendrás.
3. Recurre a algunas hierbas relajantes
Siempre y en todo momento es mejor tener a la mano un buen kit de infusiones – tés de hierbas que pueden llegar a echar una mano en esos instantes de crisis de ansiedad. La manzanilla un buen relajante. La valeriana, manzanilla, hierbaluisa, lavanda entre otras pueden cumplir con esta misión ayudando a relajarte.
4. Bebe, relájate y come
Toma un vaso con agua, empieza a respirar profundamente, y tras eso, prepárate para hacer tus pasatiempos preferidos. Leer, oír música, ver una película, serie preferida o bien llegar a jugar algo que te entretiene. Lo esencial es salir de este período de ansiedad haciendo algo que nos relaje.
Ojo: No te prives de un rato de placer en el momento en que te apetece comer algo, tampoco te sobrepases. Se puede comer frutas, verduras o un huevo entre muchas alternativas saludables que no contribuyan a generar calorías.
Otra opción: para frenar esa inquietud por comer más, es beber un vaso con yogurt o comer gelatina bajo en azúcar.
5. Realiza terapias naturales
La meditación, el yoga y otras prácticas “anti ansiedad” pueden ser un gran incentivo cuando se trata de combatir este problema. Asegúrate de realizar lo que mejor se adapte a ti y ver la manera de estar más tranquilo y relajado para olvidarte de la tentación de ingerir alimento alguno.
6. Fijar objetivos y metas para lograrlo
Prográmese para pelear contra la ansiedad. Planea tus comidas, come ordenadamente y sentado reposadamente en la mesa.
7. Busca ayuda psicológica
Si la ansiedad no te da respiro, es tiempo que te ayude un psicólogo o bien un especialista para ayudar a rebatir esos cuadros deseosos que te hacen comer en exceso.
Como es lógico, estos consejos pueden ser solo ciertas formas que hay para controlar tu nivel de ansiedad por ciertos alimentos. La última opción es preguntar a un profesional en psicología o psiquiatría si sientes que no hay vuelta atrás con este inconveniente.
Recuerda tener siempre fuerza de voluntad y ten presente siempre estas palabras: motivación - tú puedes lograrlo
“Ocúpate en vez de preocuparte”
Por sobre todo acepta que tu problema o ansiedad de comer tienen una solución, sé franco con ti mismo en lugar de engañarte. Si tratas de resolver tus problemas emocionales y aprendes a tener fuerza de voluntad finalmente lo lograrás.
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