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10/8/2016 
Como prevención y/o tratamiento de numerosas enfermedades. Es recomendable realizarla en todas las etapas de la vida.
 

 


Ciudad de Buenos Aires, (Argentina). - “Mantenerse activo es fundamental para casi todos los órdenes de la vida, ya que acompaña y favorece el control de la mayoría de los factores de riesgo y previene o contribuye con el tratamiento de diversas enfermedades”. Así definió el Dr. Jorge Franchella, médico Cardiólogo y Deportólogo, Director del Curso de postgrado en Medicina del Deporte de la Facultad de Medicina de la UBA, los beneficios de la actividad física durante un encuentro que convocó a destacados especialistas latinoamericanos del Programa Exercise is Medicine (Ejercicio es MedicinaEIM por sus siglas en inglés) del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM, por sus siglas en inglés).
 
El Dr. Franchella, que dirige "Exercise is Medicine Argentina", una iniciativa que –entre otras actividades- dicta cursos diseñados internacionalmente para brindar las bases a médicos de todas las especialidades para que puedan recomendar con propiedad y con conocimiento científico la realización de actividad física, explicó que si bien los frutos del ejercicio físico son valorados y conocidos por los médicos, lamentablemente no siempre el tema está presente en la consulta ni en la recomendación del profesional.
 
“En la carrera de grado no existe una materia específica que ilustre sobre los riesgos del sedentarismo y sobre las bondades del ejercicio, y los médicos no terminamos de asimilar que tenemos que incorporarlo siempre dentro de las recomendaciones a nuestros pacientes. Y no con una frase perdida, como para ‘cumplir’, sino que debemos ser insistentes, ya que hay suficiente evidencia científica que avala enérgicamente la contribución de mantenerse activo”. Y añadió, “no debe quedar sujeto a una conducta esporádica y voluntariosa del individuo: debe formar parte de un abordaje integral y actuar como complemento del tratamiento”.
 
En opinión del Dr. Jorge Sarango Aguila de ‘Exercise is Medicine Perú’, “a todos les beneficia la actividad física, a los preescolares porque al resolver los problemas motores, pueden desarrollar mejor y más rápido sus habilidades cognitivas; a los niños y adolescentes, porque les permite el desarrollo equilibrado de su aparato músculo-esquelético; a los adultos porque disminuye le frecuencia de enfermedades metabólicas; a los adultos maduros por que los entrena para poder enfrentar mejor las discapacidades futuras, y al adulto mayor porque les disminuye el impacto de las enfermedades metabólicas, mejora el equilibrio, disminuye el riesgo de caídas, reduce el dolor de la enfermedad articular degenerativa, mejora su estado anímico y lo saca del aislamiento”
 
Entre las bondades del ejercicio para la prevención y tratamiento de diversas afecciones, remarcaron la rehabilitación de una persona sometida a un by-pass coronario, ayudando a controlar los factores de riesgo responsables de la cardiopatía, como la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes y la obesidad.
 
“La evidencia científica ha demostrado que la práctica de ejercicio regular de moderada intensidad tiene un gran impacto en la reducción de la morbi-mortalidad cardíaca, además de mejorar la calidad de vida de quien ha padecido un evento cardíaco, logrando progresos en la capacidad de trabajo o aptitud física del individuo”, describió la Dra. Ivana Paz, Coordinadora del Curso de Medicina del Deporte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
 
También se afirmó durante el encuentro que la actividad física diaria y programada, combinada con una dieta equilibrada, constituye una de las formas más efectivas no solo de perder peso, sino de lograr mantener ese descenso en el tiempo.
 
En cuanto a la diabetes tipo 2, el Dr. Douglas Villarroel de ‘EIM Bolivia’ precisó que el ejercicio aeróbico moderado, consistente en 30 minutos de caminata diaria cinco días a la semana, ayuda a disminuir los niveles de glucosa en sangre, contribuyendo también a reducir el riesgo de enfermedades del corazón, muy frecuentes en esta población.
 
“En otras patologías como el asma, si bien la actividad física puede funcionar como disparador de una crisis en algunas personas, existen investigaciones que indican que es posible desarrollar con el tiempo tolerancia al ejercicio y reducir la posibilidad de un ataque”, consignó el Dr. Franchella, que también es Director del Programa de Actividad Física para la Salud y el Deporte del Hospital de Clínicas (UBA).
 
Este especialista agregó que un plan de actividad física bien diseñado contribuye a reducir la inflamación y el dolor articular en personas con artritis reumatoidea, mejorando el funcionamiento general: “incluso si ayuda a perder peso, eso redundará en una reducción de la presión en las articulaciones, protegiendo la salud de los cartílagos y del tejido óseo”. Mientras que en quienes sufren dolor lumbar, un programa de ejercicios bien diseñado logra acelerar su recuperación y reducir los niveles de malestar, incluso ayudando a evitar otra lesión”.
 
Llamativamente, otras afecciones más específicas como el Parkinson también logran beneficiarse incorporando ejercicio físico en un esquema seguro y eficaz, disminuyendo los síntomas de la enfermedad, aumentando la fuerza y la resistencia muscular, incrementando también la movilidad y reduciendo el riesgo de caídas.
 
“La actividad física diaria sin duda puede ayudar a estos pacientes a lograr progresos en el equilibrio y la coordinación y a mejorar la calidad de vida en general. La contribución también es válida en el caso del Alzheimer: investigaciones recientes indican que mantenerse activo a lo largo de la vida puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollarlo”, subrayaron durante el encuentro.
 
Para la Dra. María Cristina Jiménez, Directora de ‘Exercise is Medicine Paraguay’, la actividad física, junto con un plan de alimentación adecuados, son herramientas fundamentales en la prevención y el tratamiento de pacientes con obesidad, explicando que el Colegio Americano de Medicina del Deporte recomienda en estos casos realizar ejercicios entre 5 y 7 días por semana, de 45 a 60 minutos por sesión en forma progresiva.
 
No obstante, aclaró el Dr. Franchella, “debemos también tener en cuenta que un grupo reducido de enfermedades o condiciones presenta algunas restricciones para la realización de actividad física, restricciones que sin lugar a dudas el profesional de la salud reconocerá y procederá en consecuencia”.
 
“La clave es mantenerse activo en diferentes formas, pero siempre bajo la recomendación del profesional de la salud, que es quien contemplará las posibilidades y limitaciones de cada persona, logrando de esta manera más movilidad y mejor salud. Él será quien determine el tipo de ejercicio físico adecuado para cada caso y propondrá un programa bien diseñado que se adapte a las necesidades y a los problemas de cada paciente y que pueda ser sostenido en el tiempo”, alertó la Dra. Patricia Sangenis, de EIM Argentina.
 
Es recomendable también, sostuvo el Dr. Franchella, que la persona ‘negocie’ con el profesional “actividades que le sean placenteras y que las disfrute, porque la actividad física nunca debe ser una carga sino un espacio para encontrarnos con lo mejor de nosotros mismos”.
 
- Los costos del sedentarismo
 
Un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista "The Lancet", dirigido por la Dra. Melody Ding de la Universidad de Sídney, indica que la falta de ejercicio le costó al mundo en el año 2013 más de 67 mil millones de dólares, conformados casi el 80% por gastos de salud y un 20% en pérdida de productividad. El valor es superior al Producto Bruto Interno (PBI) de países como Uruguay o Costa Rica.
 
La investigación se basó en datos recabados de 142 países que representan el 93% de la población mundial. Para el diseño del trabajo se tomaron cinco de las principales enfermedades asociadas al estilo de vida sedentario: las del corazón, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes tipo 2, el cáncer de mama y el de colon. “La cifra podría ser mucho mayor si se hubieran incluido también las musculo esqueléticas, el sobrepeso y la obesidad, el asma, y otros tipos de cáncer, por mencionar algunas muy prevalentes”, completó el Dr. Franchella.
 
- Elementos clave para decidir mantenerse activo
 
• Es la mejor forma de conservar la capacidad para realizar las actividades diarias y mejorar la calidad de vida.
 
• Otorga más movilidad y mejora la salud.
 
• Es un complemento indispensable como parte del abordaje de numerosas patologías, potenciando y acompañando, entre otras, el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la obesidad, la hipertensión, el colesterol elevado, el dolor lumbar, la artritis reumatoidea, el asma, el mal de Alzheimer y el Parkinson.
 
• Ayuda a quemar calorías, reducir la grasa corporal y disminuir el riesgo de padecer numerosas enfermedades y hasta algunos tipos de cáncer.
 
• Nos hace sentir bien y nos impulsa a adquirir hábitos más saludables.
 
• En la mayoría de los casos, la actividad física se realiza en grupos con similares inquietudes y necesidades, promoviendo el diálogo y las relaciones interpersonales. 



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