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8/12/2014 

Adelantar vacaciones, esquivar compromisos e incluso adelantarlos son estrategias de quienes buscan vivir de otra forma. Consejos que ayudan a sortear diciembre con éxito


Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Para escapar de la rutina de estrés que caracteriza a diciembre, en que la agenda de compromisos familiares, sociales y laborales desborda y amenaza con hacer del último tramo del año un obstáculo insalvable, que pone en duda la capacidad de encarar el próximo con las ganas y la energía renovadas.
 
Adelantar las vacaciones (o al menos parte de ellas), esquivar compromisos a primera vista impostergables, adelantarlos o posponerlos, y generar espacios de descanso ajenos a la rutina que impone esta época son algunas de las estrategias que ensayan quienes buscan escapar al estado de ánimo que tradicionalmente caracteriza a la antesala de las Fiestas.
 
"A esta altura del año, las personas parecen pedir vacaciones a gritos. Les cuesta más levantarse, llegan con pocas energías a trabajar, les agobian las preocupaciones y la presión final les irrita más de lo normal. Y aunque la mayoría espera con ansias las fiestas de fin de año, para otros, Navidad, Año Nuevo y la organización de las vacaciones conllevan angustias que desencadenan el temido estrés de fin de temporada", afirma la doctora Mónica Cornejo, del Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad Hémera.
 
- Huir hacia adelante
 
Huir hacia adelante -es decir, tratar de dar respuesta a todo lo irresuelto al mismo tiempo- suele ser una de las actitudes más comunes y que generalmente suelen conducir al fracaso, que en este contexto asume la forma de una dosis extra del estrés del que se busca escapar.
 
"El gesto de huir hacia adelante se caracteriza por cierta actitud de goce en el esfuerzo final de sacrificarse en hacer compras, acelerar el ritmo para terminar proyectos o discutir en qué lugares o con quiénes reunirse", explica el doctor Roberto Sivak, docente del Departamento de Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Pero el riesgo es victimizarse (todo lo que hice para esto o siempre pensando en los demás). Sería deseable poder permitirse, sin culpa, programar adecuados descansos, poder decir que no a ciertos compromisos, consensuando y repartiendo responsabilidades de manera realista y equitativa.
 
Claro que diciembre es diciembre, lo que en criollo se traduce en el deseo ciego de hallar un salvoconducto que permita cerrar el año como por arte de magia sin pendientes, ni tropiezos ni culpa. Pero la magia tiende a no funcionar en el mundo de lo real. "En diciembre muchos comienzan a acelerar sus ritmos en función de concluir exitosamente todas las actividades, realizar balances personales, consumir objetos con un sesgo de desborde y reunirse con mucha gente para festejar, paradójicamente, lo que termina, como augurio de un buen comienzo. Se suele entrar entonces en una espiral de soluciones mágicas, como organizar más cosas para descansar [reuniones, escapadas], las cuales en realidad generan más situaciones de estrés", advierte la licenciada Cristina Castillo, psicoanalista de la Institución Fernando Ulloa. El resultado no es otro que "un tiempo de excesos: gastos, comida, bebida, reuniones...", precisa Castillo. Y como todo exceso, los de diciembre se pagan.
 
- Los síntomas de diciembre son conocidos
 
"Algunas conductas se empiezan a hacer comunes en las personas: irritabilidad, problemas de memoria y concentración, cambios en los hábitos de alimentación, insomnio y ansiedad son sólo algunos de los cambios que se producen por el estrés propio del término de año -enumera la doctora Cornejo-. El consumo de café, tabaco y alcohol agudizan los síntomas de esta afección y conducen a una sobreactivación del organismo. Aunque pensamos que nos ayuda a estar más despiertos o más relajados, en realidad agudiza el estrés, porque lo que nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan es un descanso adecuado."
 
Pero el estrés de diciembre incluso aflora por los lugares menos esperados. En este último mes del año, comenta el doctor Brian Murdoch, de la Asociación Odontológica Argentina, "es muy común ver en los pacientes que enfrentan picos de estrés un aumento en el bruxismo, que es el hábito involuntario de apretar o frotar las piezas dentarias, y esto puede conllevar dolor de cabeza, mandíbula, cuello y oído".
 
Ahora, si la salida no es hacia adelante, ¿hacia dónde encaminar el paso para que diciembre no acabe con nuestras ganas de cerrar el año y comenzar 2015 con nuevos proyectos? Adelantar vacaciones, por ejemplo y "Volvemos para fin de año, para pasar las Fiestas en familia". Muchos, aseguran que, eligieron visitar la ciudad balnearia fuera de temporada para escapar del estrés de Buenos Aires, pero también del estrés de Mar del Plata en pleno enero. "Esta época es ideal porque podemos descansar, sin ruidos en las carpas cercanas. Son épocas que garantizan mejores posibilidades de descanso y también precios más accesibles que en temporada."
 
Ahora bien, sea por motivos laborales, familiares o sociales, la opción de armar las valijas en época de cierres de balances y de exámenes escolares de fin de año no es una salida para todas las personas. Por eso algunos optan por estrategias más pequeñas, internas podría decirse, elaboradas a la medida de las exigencias impostergables y de las necesidades también impostergables. "Uno de los últimos días de noviembre, abrí la agenda y me di cuenta de que tenía todo diciembre sobrecargado de reuniones a las que había comprometido mi asistencia y que no había forma de cumplir con todos esos compromisos. Entonces agarré el teléfono y, uno por uno, los cancelé todos, a excepción de un par que eran realmente impostergables", cuenta Juan Manuel Rivas, productor de 41 años.
 
"Ahora, que ya comenzó diciembre y que es la época de las fiestas del colegio de mis hijos y en la que hay que comenzar con la organización de las Fiestas y de las vacaciones, me doy cuenta de que es inviable no ser selectivo a la hora de organizar reuniones y compromisos sociales y laborales", concluye aliviado Juan Manuel, que por estos días, más atento a sus posibilidades reales, organiza de otra forma su agenda del mes.
 
- Todo más temprano
 
La necesidad de no sobrecargar diciembre es algo que está comenzando a ser tomado en cuenta no sólo por las personas, sino también por las empresas y por las escuelas, atentas a lo que se huele en el aire. En el Instituto González Pecotche, por ejemplo, el tradicional acto de fin de año que en otras épocas nunca se adelantaba al 15 se llevó a cabo el primer jueves de diciembre en el Club Harrods Gath & Chaves, un par de semanas antes del fin del ciclo lectivo y, también, de las Fiestas.
 
"Creemos que el acto de cierre lo podemos hacer un poco más temprano, despegado de las Fiestas de fin de año, sin el desgaste que implica para los alumnos y para sus padres hacerlo a último momento -comenta Mabel Landa, directora del nivel inicial y la escuela primaria del Instituto González Pecotche-. El acto es el resultado del trabajo de un año, sobre distintos ejes que a estas alturas ya han sido desarrollados. No tiene sentido llegar con agotamiento a mitad de diciembre para hacer el acto. Hacer el cierre temprano es algo que es muy bienvenido por los padres y que a la vez nos permite aprovechar las últimas semanas de clases para cerrar con nuestros alumnos de una forma mucho más tranquila."
 
Varias empresas planificaron sus fiestas y reuniones de fin de año con el mismo espíritu. Es el caso de la empresa de desarrollo de software The Amalgama, cuyos empleados celebraron el cierre del año el miércoles último entre asado y pileta en una quinta de Cañuelas, provincia de Buenos Aires. "Tomamos en cuenta que estamos cerca de la fecha de entrega de dos proyectos muy grandes y que a fin de año hay muchos feriados, por lo que concluimos que hacer la fiesta más adelante iba a ser un problema, ya que en vez de disfrutar y de aprovechar el día hubiésemos estado todos tensos, pensando en las fechas de entrega y en las horas de producción perdidas", comenta Gonzalo Amuchástegui, de 26 años, CEO de The Amalgama.
 
Salir de la oficina en busca de un contexto más relajado y descontracturado para cerrar el año es, por cierto, la elección de muchas empresas que apuestan por hacer coincidir las necesidades laborales con el particular estado emocional de sus empleados en diciembre. San Pedro, Cariló o Luján son algunos de los destinos elegidos por la farmacéutica Roche para llevar adelante sus jornadas de "Convivencia y balance" en las que cada área de la empresa hace su cierre anual. ¿La idea? "Generar un espacio para el balance y promover la integración entre los distintos equipos de trabajo, al tiempo que se comienza a hablar de los objetivos para el año siguiente -explica Jessica Claros, gerente de Relaciones Públicas de Roche-. Esta actividad es enriquecedora, ya que nos permite integrarnos más con nuestros colegas y tomarnos un respiro para reflexionar acerca del año que termina". Jessica aclara que las jornadas se realizan en las últimas semanas de noviembre para no sobrecargar diciembre, mes en el que incluso la empresa permite a sus empleados disponer libremente de todos los días hábiles que van entre vísperas de Nochebuena y el primer día hábil del año siguiente. "Es un tiempo para dedicarlo a disfrutar de las Fiestas en familia y a renovar las energías para comenzar el nuevo año", agrega Walter Villar, gerente de Desarrollo del Talento de Roche.
 
Pero, en definitiva, muchas de las estrategias que pueden ser puestas en práctica para alivianar el estrés de diciembre no dependen de nadie más que de uno mismo. Como señala el doctor Roberto Sivak, distribuir de modo realista el tiempo y los compromisos personales, familiares y laborales es quizás el punto de partida. Realista (diciembre es finito), pero también en función de las necesidades y posibilidades personales.
 
"Está bien decir «no» a eventos que no son importantes para uno -señala la doctora Mónica Cornejo-. Esto dará más tiempo para decir «sí» a los que uno quiere asistir. Pero para eso hay que prestar atención a las propias necesidades y sentimientos." Sivak completa: "Es fundamental considerar «qué debo hacer», «qué quiero hacer» y «qué puedo hacer». Si sólo me baso en lo que quiero, puedo caer en alternativas mágicas, egoístas o insalubres".
 
En esa distribución del tiempo, continúa Sivak, hay que incluir horarios de descanso, actividad física y alimentación adecuados. "Si uno puede, es bueno pasar algo de tiempo solo, meditar o hacer ejercicios de respiración para relajarse -retoma Cornejo-. Salir a dar caminatas cortas; mantener un horario regular de sueño, comidas y ejercicio; limitar la cantidad de alcohol que uno bebe en estas semanas."
 
Para algunos, reservar una pequeña porción del día para una actividad placentera, como disfrutar de un buen libro, de una película o de un rato de charla con los hijos o con la pareja puede ser el espacio en el que desconectarse del estrés de las rutinas de diciembre y juntar fuerzas para atravesar las agitadas semanas que nos separan del año por venir. Para otros, quizás el recurso sea ponerse las zapatillas o subirse a la bici para, en cada paso o cada pedaleada, ir despejándose de las tensiones características de fin de año. En todos los casos, se trata de una decisión personal en la que, retomando las palabras de Sivak, uno deberá sopesar lo que quiere, lo que debe y lo que puede. La sola posibilidad de darse lugar para ese análisis constituye el paso clave para ganarle a diciembre.
 
- Consejos que ayudan a sortear diciembre con éxito
 
> LO que Sí: 
Ser realista
A la hora de distribuir el tiempo y los compromisos laborales, familiares y sociales, no hay que comprometerse a lo imposible
Hacer balances justos
Evaluar los logros y las dificultades personales en el año considerando factores externos que pudieron haber limitado lograr las metas
Sí al descanso
Reservarle el tiempo apropiado para cumplir con la cuota de sueño personal necesaria, y para momentos de hacer... nada
Establecer prioridades
Escribir una lista de prioridades para diciembre, pero válida para el año próximo, colabora con la construcción de proyectos
 
>LO que No
Un mes no es un año
Por lo tanto, es una empresa destinada al fracaso la de pretender resolver en diciembre todos los asuntos pendientes de 2014
Evitar los excesos
Lo que vale tanto para las comidas y bebidas de las Fiestas vale también para la sobrecarga de reuniones y eventos sociales
No aislarse
El exceso de vida social al que presiona diciembre es estresante, pero aislarse por completo también es perjudicial
No a la automedicación

Las múltiples pastillas que se ofrecen como camino a la felicidad brindan más riesgos que soluciones. Sólo con indicación médica. 




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