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30/11/2014 
Fue desarrollado por un laboratorio argentino. En dos minutos remueve la lesión. Se comercializará a partir del 2015.

Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- De las caries no zafa prácticamente nadie. Se trata de una de las patologías bucodentales más comunes que aparece en la infancia (según la OMS, entre 6 y 9 de cada diez niños la padecen) y continúa su asedio en la vida adulta. Lo que sí intentan evitar tanto chicos como grandes es la visita al odontólogo. El chirrido del torno genera escalofríos y pavor aún en quienes lo escuchan desde la sala de espera, pero un nuevo producto desarrollado en el país podría terminar -o al menos atenuar- ese temor: un gel enzimático que permite eliminar las caries sin dolor ni anestesia y en mucho menos tiempo
 
El gel se coloca con una cucharita sobre la lesión y en tan sólo dos minutos ataca al tejido infectado, que es removido por el odontólogo -no es de uso casero- en forma manual con movimientos pendulares y sin presión. Su principio activo es la papaína, la enzima de la papaya o mamón, que aquí crece en las provincias de Salta, Formosa, Corrientes y Misiones. Fue estudiado en más de 2.000 pacientes (chicos de entre 6 y 17 años y adultos entre 35 y 70) con diferentes tipos de caries y avances de la infección. En el 80% de los casos no fue necesario aplicar anestesia y nueve de cada diez afirmaron no haber sentido dolor durante el tratamiento.
 
"Cuando hay una caries, una infección que tiene una multiplicidad de bacterias y microbios, uno tiene que tratarla. Se elimina esa infección con material rotatorio llamado turbina (el famoso torno), se prepara una cavidad y después se la obtura. ¿Dónde interviene el nuevo gel? En lugar de pasar tanto tiempo el torno uno coloca el gel enzimático y en dos minutos produce una desorganización, una proteólisis del tejido cariado, infectado, lo neutraliza y lo desinfecta y evita en forma significativa los minutos de material rotatorio. Luego se hace la restauración como habitualmente lo hace el odontólogo”, explica Sergio Kohen, profesor adjunto de la Cátedra de Odontología Integral Adultos de la Universidad de Buenos Aires.
 
Una de las mayores ventajas que ofrece el nuevo producto es la posibilidad de tratar varias caries en la misma consulta. “Se eliminan tres en el tiempo que antes se trabajaba sólo una”, sostiene Mauricio Dobboletta, director ejecutivo de Brix Medical Science, el laboratorio instalado en el parque industrial de Carcarañá, Santa Fe, que trabajó siete años en el desarrollo del gel“Se eliminan tres en el tiempo que antes se trabajaba sólo una”, sostiene Dobboletta
 
Es eficaz en caries tanto superficiales como profundas, aunque si los procesos son muy avanzados (hay presencia de flemones y pus) se debe proceder al tratamiento de conducto. A menudo se llega tarde a la consulta porque “la gente tiene terror al torno, miedo a las agujas. Y eso genera un rechazo de la atención odontológica clásica, que nos ven como demonios y provoca el retraso en la atención que produce finalmente más invasión, tratamientos más mutilantes y costosos”, afirma Kohen que destaca la necesidad de la prevención “para evitar que el daño sea tan lastimoso”. Para el odontólogo que es también docente de la Universidad de El Salvador, “uno de los beneficios de este producto es que es autolimitante (no agrede la dentina sana) e inocuo, por lo que no produce daño en los tejidos, en la lengua, en las mucosas, ni en la ingesta”, lo que permite su uso en embarazadas y pacientes con enfermedades sistémicas.
 
Se trata de un método de remoción atraumática de las caries que contempla los aspectos psicoemocionales del paciente y del profesional, afirman sus desarrolladores. “Es ideal para personas fóbicas”, sostiene Fernando Varea, director odontológico del laboratorio. El gel “reduce además el estrés profesional porque hay menos ruido en nuestros consultorios, se optimizan los tiempos operatorios y no produce aerosoles contaminantes”. 
 
- ¿Chau torno? La pregunta del millón: ¿Implica esta novedad el fin del torno? “No”, afirma Varea, “pero se minimiza”. Y Kohen añade que “en casos de cavidades abiertas puede no ser necesaria la remoción mecánica” y, en consecuencia, tampoco se utiliza anestesia, por lo que también se evita el pinchazo. "Es ideal para personas fóbicas", afirma Varea
 
A la presentación realizada esta semana en un hotel porteño asistieron 600 profesionales y fue seguida en vivo por unos 7.000 de diversos países de Latinoamérica. Se trata del primer producto de este tipo aprobado por la ANMAT, ya que hace dos años la odontóloga brasileña Sandra Kalil Bussadori había presentado un gel realizado también a base de papaína, pero a diferencia de este, tenía menos concentración de la enzima vegetal (600 U/mg contra 3000 U/mg), su medio no era inocuo y su uso no fue autorizado en el país
 
- El gel comenzará a comercializarse en 2015
 
Cada jeringa (que rinde unas 15 aplicaciones) costará 490 pesos. Desde el laboratorio afirman que no añade gastos, sino que los recorta “porque se evitan horas de trabajo y gastos en anestesia y otros materiales”.

Sobre cómo lo recibirá la comunidad odontológica, Kohen consideró que "las innovaciones son siempre desafíos, pero lo importante es la prevención y conservar el tejido propio del paciente”. Y concluyó: “Esta técnica fue avalada por muchos países europeos. El futuro de la odontología tiene que ser la mínima invasión y la mínima intervención. El producto viene a ocupar un lugar importante y debería ser de aplicación sistemática no sólo del odontólogo en el consultorio, sino que debería ser incluido en los planes sociales. En Latinoamérica hay mucha gente que no puede acceder ni siquiera a un centro de salud. Que la salud vaya a esos lugares y tenga recursos seguros, cuidados y con bases científicas confiables nos va a dar a la sociedad una salida, una alternativa interesante a tener en cuenta”




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