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17/10/2014 

Por el Dr. Sergio Zimmer. 


No es solo dormir poco. Hay pequeñas cosas que hacemos, o dejamos de hacer, que impactan directamente en nuestro cansancio y agotamiento

- Modificar algunas conductas

 Desayunar: Cuando dormimos nuestro cuerpo sigue trabajando, la sangre y el oxígeno fluyen. Al despertar por la mañana, lo que se necesita es combustible. Evitar el desayuno hará que nos sintamos lentos. Este debe ser completo y energizante. No debe faltar: cereales, fruta, leche baja en grasa o yogur bajo en grasas y 2 rebanadas de pan integral

 Beber insuficiente agua: La deshidratación provoca una reducción en el volumen de sangre, la cual se espesa. Esto requiere al corazón bombear con menos eficiencia, reduciendo la velocidad a la que el oxígeno y los nutrientes lleguen a los tejidos. Consumir, al menos, 2 litros de líquido por día

 No saltearse la actividad física aunque esté cansado: La omisión del entrenamiento para ahorrar energía en realidad juega en contra. El ejercicio aumenta la fuerza y ??la resistencia, ayuda a que el sistema cardiovascular funcione eficientemente y suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos

 El perfeccionismo es contraproducente: Nos esforzarnos por ser perfectos y se trabaja mucho más duro y por más tiempo del necesario. Se establecen metas difíciles o imposibles de alcanzar. Se recomienda establecer un límite de tiempo para cada proyecto y respetarlo. El tiempo extra no siempre mejora el trabajo

 No hacer una montaña de un grano de arena: El pensamiento “catástrofe” puede paralizarnos y agotarnos mentalmente. Lo aconsejable es preguntarse qué tan probable es que lo peor realmente suceda. Estar al aire libre, meditar, hacer ejercicio o compartir las preocupaciones con un amigo puede ayudar

 No trabajar en vacaciones: Desenchufarse y permitirse descansar facilita que mente y cuerpo vuelvan con fuerza y creatividad

 No chequear los e-mails antes de dormir: La luz de la tablet, el teléfono o la pantalla de la PC pueden alterar el ritmo circadiano mediante la supresión de la melatonina (hormona que regula los ciclos de sueño y vigilia). Se recomienda evitarlo 1 ó 2 horas antes de acostarse

 No acostarse tarde los fines de semana: Trasnochar el sábado para dormir toda la mañana del domingo desequilibran el ciclo de sueño y los lunes son muy difíciles, con altos índices de privación de sueño. Hay que tratar de despertarse a la hora habitual a la mañana siguiente y luego tomar una siesta de más o menos 20 minutos. Esto permite que el cuerpo se recargue sin entrar en las etapas profundas del sueño, que pueden causar más cansancio

 Consumir suficiente hierro: Un déficit de hierro puede hacernos débiles, irritables e incapaces de concentrarnos. Hay que aumentar la ingesta de: carne magra, tofu, huevos (incluyendo la yema), vegetales de hojas verdes, nueces, lácteos y alimentos ricos en vitamina C (mejora la absorción de hierro)

 No vivir de comida chatarra: Los alimentos llenos de azúcar e hidratos de carbono aumentan la glucosa en sangre. Picos de azúcar en sangre seguidos de bruscas caídas de la misma, causan fatiga.

Recuerde: Si logra modificar ciertas costumbres se sentirá más despierto, más fresco y rendirá mejor en su vida laboral, personal y afectiva.  

Hasta nuestro próximo encuentro... 

Dr. Sergio Zimmer
Director
Editorial Revista Proyecto Salud
Año 5 Nº 53 - Octubre 2014 



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