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31/1/2014 

Las personas que realizan actividad física regular manejan mejor la interacción de su trabajo y su vida doméstica, y disminuyen su riesgo de sufrir estrés laboral. 


Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Hay por lo menos una decena de motivos válidos para hacer ejercicio físico todos los días: mejora la circulación, la salud del aparato cardio-circulatorio, el manejo del estrés, incentiva una alimentación más sana y, en general, prolonga la duración de la vida.

En suma, el ejercicio físico es uno de los puntos fundamentales para mantener un buen estado de salud psicofísico. Lo importante es hacerlo gradualmente, con moderación, y que nunca sea excesivo; de lo contrario se podría obtener un resultado indeseado.
 
Una nueva investigación, sobre la que informa "Sciencedaily", realizada por la Saint Leo University (Estados Unidos) –en colaboración con la Saint Louis University, la Universidad de Houston y la Illinois State University- puso en evidencia el papel que desempeña una actividad física sana como precursora de un mejor equilibrio vida privada/trabajo.
 
“Las personas que realizaron actividad física regular eran más confiadas y podían manejar mejor la interacción de su trabajo y su vida doméstica, con menos probabilidades de sentirse estresadas durante el trabajo”, explica Russell Clayton, profesor adjunto en la Saint Leo University y autor principal del estudio.
 
Los conflictos que se generan entre casa y trabajo pueden clasificarse de dos maneras. La primera se refiere a las interferencias laborales con la familia, por la cual todas las presiones que se acumularon durante el día se reflejan en el equilibrio de la relación con las personas que comparten la convivencia, ya sea a nivel psicológico o en cuanto al tiempo que una persona nos dedica.
 
La segunda manera se da cuando los problemas personales se “trasladan” también al ambiente de trabajo, a menudo rumiando durante horas y sin lograr, por ende, ofrecer lo mejor de sí mismo.
 
El equipo de investigación se propuso comprender si el ejercicio podía ayudar en ambos casos.
 
Ya estudios anteriores habían demostrado que una actividad física moderada puede reducir el estrés. Entre éstos, figuraba hacer Tai Chi durante tres meses y el ejercicio aeróbico. Sin embargo, todavía no se había evaluado el papel que podía tener en el ámbito del trabajo.
 
La idea parece ir contra toda lógica –subraya Clayton. ¿Cómo es posible que agregar algo distinto a nuestra jornada de trabajo nos ayude a aliviar el estrés y nos responsabilice para afrontar las cuestiones trabajo-familia? Pensamos que el ejercicio físico es una manera de apartarse psicológicamente del trabajo. No estamos allí físicamente y no pensamos en ninguna de las dos cosas –y, además, puede ayudarnos a estar mejor con nosotros mismos”.
 
Para llegar a estas conclusiones se analizaron las respuestas de 476 adultos. A todos se les pidió que respondieran con una escala de puntos (de uno a cuatro), preguntas relativas al ejercicio físico realizado.
 
Las preguntas se referían por ejemplo a: “hago ejercicio más de tres días por semana”, etc. A todos se les pidió luego que respondieran otra serie de preguntas, utilizando una escala de siete puntos que indicaba la eventual falta de armonía con respecto al manejo de los conflictos casa/familia.
 
“Nuestros resultados indican que los empleadores pueden ayudar a sus empleados a mejorar su equilibrio vida/trabajo alentándolos a hacer actividad física”.



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