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24/10/2013 

La población ignora que tomarse el pulso permite registrar anomalías potencialmente peligrosas en el ritmo cardíaco. 


Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- La fibrilación auricular es un tipo de arritmia muy común, que tiene el 1% de la población y que sufrirá una de cada cuatro personas mayores de 40 años en su vida, explica el doctor Jorge González Zuelgaray, Presidente de la Fundación Arrhytmia Alliance Argentina y Director del Centro de Arritmias Cardíacas de la UBA. "Afecta la calidad de vida porque como el impulso eléctrico del corazón no es regular hay partes que no se contraen según un patrón coordinado, y no pueda bombear suficiente sangre a todo el organismo. Pero, además, la fibrilación auricular suma el riesgo de formar coágulos y ésto aumenta cinco veces las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV)”.
 
Cada año, el ACV –cuyo Día Mundial se conmemora el próximo martes 29 de octubre- causa más de 6 millones de muertes en el planeta. La mitad de los 15 millones de episodios que se producen dejan como consecuencia una importante discapacidad. En la Argentina, ocurren unos  120.000 ACV por año. 
 
- Más graves y más mortales
 
Las implicancias de estas arritmias que comienzan en las cámaras superiores del corazón (las aurículas) no son irrelevantes. Por un lado, entre el 15 y el 20% de los ACV son consecuencia de la fibrilación auricular (FA). Pero, además, estos episodios tienden a ser más graves, con el doble de mortalidad y un 50% más de discapacidad que aquellos producidos por otras causas. Sin embargo, la mayoría de la población local desconoce que la fibrilación auricular presenta este riesgo y que una manera sencilla de registrar el problema es tomarse el pulso: si  nota alguna anormalidad -más rápido, más lento, irregular- deben consultar sin demora con un médico. 
 
- Resultados de una Encuesta  
 
Una encuesta realizada en septiembre de este año por la Arrhythmia Alliance Argentina y el Programa de Estudio y Tratamiento de las Arritmias Cardíacas (Pronetac) entre 1010 pacientes adultos, representativa de la población general, mostró que el 75% de los encuestados ignora que con un simple control del pulso pueden detectarse anomalías del ritmo cardíaco. Además, el 63% no sabe cómo tomarse el pulso en forma adecuada. La encuesta, diseñada y ejecutada por TNS Argentina, mostró que 8 de cada 10 personas desconoce la relación entre la fibrilación auricular y el riesgo de ACV y más del 70% ignora que síntomas como palpitaciones irregulares, sensación de falta de aire, debilidad generalizada y mareos pueden estar indicando esa arritmia tan común y potencialmente riesgosa
 
A la hora de responder cuáles son los principales factores de riesgo para el ACV, los más mencionados fueron el tabaquismo y la hipertensión arterial (35 y 32% de los encuestados respectivamente), seguidos de la obesidad, el colesterol, el estrés, la diabetes y los antecedentes familiares y personales. En último lugar de los factores de riesgo sólo un 3% mencionó la fibrilación auricular
 
“En cuanto a síntomas –explicó Mariana Souto, de TNS Gallup-, las personas conocían dos en promedio. De mayor a menor, mencionaron dolor de cabeza, parálisis en el rostro, brazo o pierna, dificultad para hablar, pérdida del equilibrio o coordinación, cambios en la visión y la lucidez y el sentido del gusto. Pero casi un 30% no supo nombrar síntoma alguno”
 
- Frentes de acción
 
Una vez diagnosticada la fibrilación auricular, se abren dos alternativas: por un lado, medicación antiarrítmica para normalizar la marcha del corazón; por otro, tratamiento anticoagulante por vía oral. “La anticoagulación reduce un 70% el riesgo de ACV”, explica la doctora Patricia Casais, del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina. Existen casos refractarios al tratamiento farmacológico: en esas situaciones la opción es la "ablación por radiofrecuencia", una intervención que permite congelar o quemar las zonas del corazón que emiten ese ritmo desorganizado.
 
- Secretos de un aliado
 
En un adulto, la frecuencia cardíaca normal en reposo oscila entre 60 y 100 latidos por minuto: si es menor se considera ritmo lento o bradicardia y si es mayor ritmo rápido o taquicardia. El doctor Fernando de Valais, médico del Servicio de Arritmias y Electrofisiología del Sanatorio de la Trinidad en San Isidro indicó que el registro del propio pulso debe hacerse luego de permanecer 5 minutos en reposo, sin haber tomado café o bebidas cola o fumado antes
 
Hay que quitarse el reloj y mantener la mano izquierda o derecha hacia arriba, con el codo apoyado y ligeramente flexionado. Con la mano libre, se colocan el dedo índice y medio sobre la muñeca, en la base del pulgar. Los dedos deben ubicarse entre el hueso del borde de la muñeca y el tendón fibroso unido al pulgar. Quizás hay que mover un poco los dedos para hallar el pulso. Luego, con un reloj con segundero se cuentan los latidos durante 30 segundos y se multiplican por dos. Si el ritmo fuera irregular, hay que contar los latidos un minuto, sin multiplicar. 

Atención: el pulso nunca debe tomarse con el pulgar (que tiene su propia irrigación) y tampoco se aconseja hacerlo en el cuello. “Es muy comun que se tome el pulso en el cuello. Quienes más lo hacen probablemente sean los profesores de Educación Física -explica el doctor González Zuelgaray-. Sin embargo, recomendamos no hacerlo. Existe un cuadro que se conoce como "hipersensibilidad del seno carotídeo" que se caracteriza por caída brusca de la presión arterial y/o pausas prolongadas en el electrocardiograma. Si se busca el pulso en el cuello y ocurre una pausa o hipotensión, pueden presentarse mareos o incluso pérdida del conocimiento". 

"Saber tomarse el pulso ayuda a detectar una arritmia". 




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