No darse por vencido ante un duro momento económico, laboral o social; ante una enfermedad que afecta a un familiar o a uno mismo; ayudar a otros a salir adelante de duros trances de la vida o superar la muerte de un ser querido, son algunas de las circunstancias de la vida en la que todos desarrollamos una personalidad “resiliente”.
- La resiliencia
Es la capacidad de afrontar momentos adversos, superándolos de modo creativo y logrando aprendizajes a partir de las situaciones vividas. Es un proceso que se constituye a lo largo del tiempo y que permite la construcción de la capacidad subjetiva de enfrentar y sobreponerse a la adversidad, posibilitando tener una vida sana en un ambiente sano. Cuando un sujeto es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por éstos. Actualmente la resiliencia es considerada como una forma de psicología positiva no encuadrándose dentro de la psicología tradicional.
- Las personas resilientes
Todos tenemos potencial para serlo, pero cada uno tiene su propia capacidad, configurada por su base biológica cerebral, por el desarrollo de habilidades o por la oportunidad de estar acompañado en situaciones de estrés por un adulto guía que ayudó a sobreponerse de la adversidad. Las personas resilientes suelen ser equilibradas frente a las situaciones de incertidumbre y estrés, soportan mejor la presión y se enfrentan a los retos con mayor compromiso y proactividad, teniendo una mayor sensación de control sobre los acontecimientos y fuerte autoestima que les permite estar más abiertos a los cambios, porque tienen la seguridad de que saldrán adelante. Es fundamental apoyarse en la familia y amigos como primer paso para superar un conflicto (fortaleciendo la creatividad, cultivando disciplinas artísticas, la escritura, la lectura o la música), tomando con humor y esperanza las dificultades. También es positivo revalorizar nuestro lugar en la vida a partir de convicciones espirituales, morales, ideológicas o políticas y aprendiendo de las crisis. Es fundamental darnos tiempo para procesar y metabolizar situaciones dolorosas o traumáticas e instalar mecanismos de acompañamiento, que permitan crear salidas novedosas ante dichas situaciones. Todo esto ayuda a potenciar la resiliencia.
- Rasgos positivos que la potencian
• Introspección: capacidad de reflexionar, hacerse preguntas y darse una respuesta honesta
• Independencia: establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos
• Iniciativa: afrontar los problemas y ejercer el control
• Humor: conduce a sobrellevar las situaciones adversas
• Creatividad: puede poner orden y belleza a partir del caos
• Valores: la separación entre lo bueno y lo malo
• Habilidad: para establecer lazos íntimos con los otros
Piense: Y usted...está en el grupo de los resilientes? Si la respuesta es NO, todavía está a tiempo de modificarlo.
Hasta nuestro próximo encuentro...
Dr. Sergio Zimmer
Director
Editorial Revista Proyecto Salud
Año 3 Nº 36 - Mayo 2013