La mayoría de los casos de la varicela se desarrollan en la Argentina principalmente durante la primavera.
Afecta, en la mayoría de los casos, a los niños en edad escolar. La enfermedad es muy contagiosa, pero no pone en riesgo la salud.
El virus de la varicela es altamente contagioso. Cada 3 ó 4 años, se da un brote. Esto se produce porque siempre queda el grupo de personas susceptibles (son las que no se infectaron antes). A medida que transcurren los años, los susceptibles son más. Esto da lugar a un nuevo brote. Otros atribuyen el aumento en otoño al clima templado actual que “favorece la diseminación de este virus”.
El virus se transmite al estar cerca de personas ya infectadas. Un afectado puede contagiar al 80% de las personas susceptibles que hay a su alrededor.
Pese a que los brotes generan alarma, los especialistas piden no entrar en pánico. Porque la varicela tiene “riesgo de internación” en uno cada 600 casos y de mortalidad en uno cada 10.000. De acuerdo con los datos del ministerio de Salud, se presentan entre 50 y 60 mil enfermos por año. La mayoría superan bien la infección: es muy contagiosa pero no mortal.
Los afectados sufren manchas, que luego se convierten en vesículas y costras en la piel y en las mucosas. Lo principal es no automedicar, y concurrir tempranamente al médico, que podrá recetar medicamentos para bajar la fiebre y tratar la picazón.
Tras 15 días de incubación, la varicela puede durar entre 5 y 7 días.
Cada afectado debe quedarse en su casa.
Como recomendaciones de prevención, existe una vacuna con virus atenuado que no está en el calendario oficial de inmunizaciones. Otros países como Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, y Uruguay ya la incluyeron en su calendario.