El estrés afecta a todos los trabajadores y se relaciona con situaciones laborales comunes a las más diversas profesiones, como la sobrecarga de tareas, falta de oportunidades de crecimiento profesional, malas relaciones interpersonales o prácticas de gerencia injustas, factores económicos y financieros, o conflictos entre el trabajo, los roles familiares y las responsabilidades.
Todo esto lleva a que el estrés se manifieste de una o varias de estas maneras:
- Trastornos psicológicos: irritabilidad, descontento en el trabajo, depresión
- Trastornos conductuales: problemas para dormir, ausentismo
- Trastornos físicos: dolor de cabeza, malestar estomacal, cambios en la presión sanguínea
Siguiendo las recomendaciones de los CDC, los cambios necesarios para reducir el estrés deben darse tanto en el seno de las organizaciones como en los propios trabajadores, quienes a través del aprendizaje del manejo del estrés tienen a su alcance el enfoque más exitoso para prevenir el estrés laboral.
Las intervenciones para lograr cambios organizacionales incluyen:
• Asegurar que el volumen de trabajo esté acorde con las capacidades y los recursos de los trabajadores
• Definir claramente los papeles y responsabilidades de los trabajadores
• Dar oportunidades a los trabajadores de participar en las decisiones y acciones que afecten sus trabajos
• Mejorar la comunicación
• Reducir la incertidumbre sobre el crecimiento profesional y las posibilidades de trabajo en el futuro
• Proporcionar oportunidades para la interacción social entre los trabajadores
- Las técnicas recomendadas para el manejo del estrés son:
• Capacitación sobre estrategias para sobrellevar situaciones estresantes
• Relajación progresiva
• Manejo del tiempo
• Destrezas interpersonales