Los últimos datos que se han presentado en distintos congresos médicos son preocupantes, el cambio de hábitos de alimentación y una vida demasiado sedentaria han disparado los índices de obesidad en el mundo, patología que podría afectar al 50% de la población en tan solo 22 años, en el 2030.

La obesidad lleva asociadas enfermedades que pueden reducir significativamente la esperanza de vida y se estima que las generaciones venideras vivirán menos años que sus padres. Entre esas patologías, la diabetes tipo 2 ha aumentado notablemente en los últimos años, se estima que en el año 2030, más de 330 millones de personas sufrirán diabetes, con un alto porcentaje de casos asociado al sobrepeso.

Sin distinción de edad ni sexo, todos somos víctimas de esta sociedad que nos engorda. Si ésta tendencia continúa avanzando como lo está haciendo en todos los países del mundo, las enfermedades cardiovasculares no solo no dejarán de ser la causa más frecuente de mortalidad sino que pueden llegar a colapsar los sistemas sanitarios de todos los países.

La prevención sigue siendo el arma principal, basada en la dieta equilibrada y el ejercicio físico.

- La importancia de medirse la cintura

El mensaje es fácil de entender, es un método sencillo e indoloro y es un claro indicador de cómo puede estar afectada nuestra salud. No hay que olvidarse que buena parte de la salud de sus arterias depende de los centímetros que tiene su cintura.

Con la edad nuestras arterias envejecen y aumenta el riesgo de padecer un infarto o un accidente vascular cerebral. A los ya conocidos, como el tabaco o el colesterol, el tener una barriga prominente ha demostrado ser uno de los factores que más aumentan este riesgo. 

Distintas investigaciones pusieron énfasis en que el peso y la talla no tienen tanto valor como factores pronóstico como los centímetros que tiene la cintura. De hecho, muchos trabajos científicos publicados en prestigiosas revistas médicas concluyen que la grasa abdominal es, muchas veces, la verdadera responsable de los cambios metabólicos y moleculares que favorecen la aparición de resistencia a la insulina (con el consiguiente aumento de la incidencia de diabetes tipo 2) y la activación de mecanismos inflamatorios en las paredes de los vasos sanguíneos que aceleran la aterosclerosis.

Aún entre las personas con peso normal, tener mucha panza podría resultar mortal. Las personas no sólo deberían cuidar su peso, sino también su cintura. Tener sobrepeso u obesidad es claramente malo para la salud, pero la mejor forma de medir si la gordura de una persona la está poniendo en riesgo es un tema "controvertido".

El índice de masa corporal, o IMC, se volvió la medición estándar utilizada, pero la forma en que se distribuye la grasa en el cuerpo, especialmente en la línea de la cintura, sería aún más importante que cuántos kilos de más tenga una persona.

Los varones y mujeres con mayor circunferencia de cintura tienen cerca de un 22 por ciento más posibilidades de morir que aquellos con cinturas más delgadas, independientemente del IMC de cada paciente.

La simple medida del perímetro del abdomen es un dato que se correlaciona muy bien con los riesgos de padecer enfermedades vasculares y diabetes. Mejor, incluso, que pesar y medir la altura de los pacientes o sacar con esos datos el índice de masa corporal.

- Medición y riesgos

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La medición de la circunferencia de la cintura pasó de tener fines estéticos a convertirse en un valido indicador de riesgo cardiovascular. Para conocer cual es su circunferencia se utiliza un simple centímetro de costurero que se extiende alrededor de la cintura pasando por el ombligo.

Según los datos obtenidos y el sexo de la persona evaluada,  los riesgos serán los siguientes:

• Circunferencia en mujeres: en cm (centímetros)

De 82 cm a 88 cm: Riesgo aumentado

Más de 88 cm: Riesgo muy aumentado

• Circunferencia en hombres: en cm (centímetros)

De 94 cm a 102 cm: Riesgo aumentado

Más de 102 cm: Riego muy aumentado

Una cintura por encima de los valores normales aumenta de dos a cuatro veces el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

OJO: Si su cintura aumenta más de 14 centímetros en un corto tiempo, el peligro de sufrir un ataque cardíaco sube hasta un 40%.

- La grasa abdominal

Recientemente han aparecido datos que revolucionan el concepto que hasta ahora se tenía: más importante aún que el hecho de tener un peso por encima de lo normal es la acumulación de grasa en ciertas partes del cuerpo.

Si tenemos en cuenta que el problema no es solo tener mas grasa de la debida sino también el lugar en donde se deposita, es importante mirarse al espejo para saber como se distribuye. Dependiendo de las zonas donde se acumula el tejido adiposo, la figura puede adquirir la forma de una pera o de una manzana.

La figura es de pera cuando la grasa se encuentra en caderas, glúteos y muslos; en cambio, parecerá una manzana si se acumula sobretodo en el área del abdomen. La figura de manzana es la que comporta un mayor riesgo. Es más propia del hombre aunque las mujeres también la padecen. La obesidad en forma de pera, típica de la mujer, conlleva un menor riesgo aunque, en ningún caso debe descuidarse.

A estas alturas todos sabemos que los kilos de más son perjudiciales para la salud pero en estos últimos años se ha definido un nuevo concepto muy importante del que no se había hablado antes: el de la grasa visceral. La acumulación de grasa visceral, que se traduce en forma de barrigas prominentes, puede multiplicar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Los científicos insisten en que las células grasas o adipositos y la grasa del interior del abdomen se comportan casi como una glándula con efectos negativos sobre el funcionamiento metabólico de nuestro organismo. Se puede decir, de acuerdo con esto último, que hay una relación directa entre la talla del pantalón y el riesgo de padecer diabetes o enfermedad cardiovascular.

La grasa visceral es la que se deposita en el abdomen, alrededor de los órganos. Esta acumulación de tejido adiposo provoca una serie de trastornos que van más allá de un simple problema estético, altera el colesterol (sube el malo y baja el bueno) aumentan los triglicéridos, sube la tensión arterial y se ponen en marcha fenómenos que incrementan la coagulación y producen inflamación de los vasos sanguíneos.

El metabolismo de la glucosa también se altera ya que las células grasas segregan una hormona, la adinopectina, que facilita la acción de la insulina. Cuando se da acumulación de grasa visceral disminuye la producción de esta hormona, lo que podría explicar la tendencia al desarrollo de diabetes en las personas obesas.

La grasa de la panza es más peligrosa que la de los "salvavidas". Esto es porque en ese lugar libera sustancias que pueden inflamar las paredes de las arterias y eso generar placas de ateroma, uno de los factores de riesgo para su obstrucción.

- Recomendaciones

No podemos parar el reloj pero podemos intentar corregir todas aquellas causas que aceleran el deterioro.

• Tenga una alimentación saludable:

Debe ser variada, rica en verduras y frutas. Reduzca el consumo de comidas ricas en grasas y frituras. Modere el consumo de la sal, golosinas, azúcar y gaseosas.

Comer en familia es importante.

• Maneje situaciones que lo estresan.

• Controle su presión sanguínea y los niveles de colesterol.

• No fume.

• No olvide hacerse un control médico al menos una vez al año.

• El ejercicio es clave:

Los ejercicios más recomendables son: caminata rápida, andar en bicicleta, trotar, nadar o bailar. Se aconsejan 30 minutos diarios. Se consigue de esta manera disminuir el estrés, la irritabilidad, la agresividad y la depresión.

- Cifras bien argentinas

Sólo tres de cada diez argentinos sostienen una actividad física regular.

El 34 por ciento tiene hipertensión arterial.

4 de cada 10 personas mayores de 35 años padece de alguna enfermedad cardiovascular.

1 de cada 3 muere por infarto, derrames cerebrales o problemas vasculares.

- Recuerde

• Vigile su cintura.

• La salud de sus arterias depende de su cintura.

• La cintura detecta si existe riesgo cardíaco.

• El exceso de cintura perjudica al corazón.

“Déle el tiempo necesario a su vida para modificar algunos hábitos que lo conducirán por un mejor y más cómodo camino”.

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