Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Desde el año 2.000 el día 18 de octubre se celebra el Día Mundial de la Menopausia a partir de un acuerdo entre la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La conmemoración de este día, tiene por objeto ayudar a crear conciencia sobre la necesidad de evaluar y prevenir la salud en las mujeres, durante este período tan delicado de su vida. Además pretende transmitir otro mensaje a la sociedad, activar programas de educación para que las mujeres conozcan y sepan como afrontar esta situación y puedan prevenir sus consecuencias.
La menopausia no es una enfermedad, sino una etapa más en la vida de la mujer, por lo que con este día se quiere crear conciencia en la población de la importancia de este período normal en la vida de la mujer, en el que se van a producir cambios en ella, antes y después del cese de la menstruación.
Así mismo, se pretende que la mujer comprenda este proceso y sepa cómo adecuar su estilo de vida cuando llegue este momento. Y es que según datos de la Organización Mundial de la Salud, dentro de treinta años se triplicará el número de mujeres de cincuenta año o más, o lo que es lo mismo más de mil millones de mujeres.
Se dice que una mujer tiene la menopausia cuando lleva 12 meses sin menstruaciones, lo cuál suele suceder alrededor de los 51 años. Esto sucede porque los ovarios dejan paulativamente de producir estrógenos y progestágenos (hormonas sexuales femeninas).
Se considera que la mujer vive aproximadamente un 30% de su vida en climaterio, pero simultáneamente al ser profesionales, empresarias, docentes, amas de casa, madres, esposas, abuelas. Sus fuerzas en esa etapa están intactas, con ganas de seguir creciendo y superarse día a día, y de ahí la necesidad creciente de mejorarle su calidad de vida.
El Climaterio (es una etapa de la vida de la mujer que abarca unos años antes y después de la menopausia) tiene tres etapas fundamentales: la Pre-Menopausia (comienza la irregularidad de los ciclos), la Menopausia (cuando ocurre el último período menstrual) y la Post Menopausia (cese definitivo de la menstruación y algunas sintomatologías colaterales).
Las mujeres saben que existen terapias de reemplazo hormonal, pero en pos de la mejora de la calidad de vida y de el “querer verse bien y lo más natural posible”, que mitigan algunos de los síntomas de la menopausia como son los sofocos, la sudoración, sequedad de piel, inestabilidad emocional y otras sintomatologías.
Los productos naturales no son ni más ni menos que los medicamentos fitoterapéuticos (Fitoestrógenos: Se pueden encontrar en: soja, cebada, trigo, cereza, zanahoria, col, aceite de coco, canela, apio, avena, aceite de oliva, lima, hinojo, aceite de mani, ginseng, arroz, tilo, nueces, lúpulo, ciruela, papas, semillas de lino, semillas de sésamo, piña, un conjunto de productos naturales o elaborados y procesados artificialmente (en laboratorio) pero en base a componentes vegetales, denominados por algunos ginecólogos como “productos no hormonales”. De allí la asociación con vivir mejor y más naturalmente.
Si bien la visita al ginecólogo es una práctica socialmente impuesta y afianzada en todas las mujeres desde el inicio de su vida sexual, la relación de estas nuevas mujeres con su médico especialista pasa a transformarse prácticamente en la del “Médico Clínico de la Mujer”. La consulta hacia éstos, cambia su modalidad y ellos van transformándose en especialistas en prevención y tratamiento de las enfermedades en esta etapa de la vida como la osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, sugiriendo siempre el mejor camino para cada una de sus pacientes.
- Algunos conceptos
La menopausia significa una pausa, moviliza preguntas, busca definiciones, y precisa respuestas, y el profesional especializado tiene que comprender a la mujer como un ser total y no como un conjunto de glándulas que segregan o no hormonas.
Así como todas las mujeres tienen su primera menstruación, también tienen la última, que se produce alrededor de los 50 años y es llamada menopausia. El climaterio es una etapa de la vida de la mujer que abarca unos años antes y después de la menopausia. Esta etapa implica muchos cambios en todos los niveles del organismo, pero lo más importante es que cesa la función ovárica y no se producen más hormonas femeninas, que son los estrógenos y la progesterona.
Hay mujeres que tienen síntomas y otras que no; hay miles de tipos de climaterio-menopausia como mujeres hay; cada una lo vive de una manera diferente y es importante escucharlas, informarles y ayudarlas a que lo pasen lo mejor posible.
El Síndrome Climatérico tiene una cantidad enorme de síntomas y signos, pero no todas los tienen todos. Es en el climaterio, cuando la mujer puede comenzar a notar alguno de los síntomas generados al crear su cuerpo menos hormonas. Lo primero que se ve son las menstruaciones irregulares y luego aparecen los famosos calores, que pueden estar acompañados de sudor nocturno, con lo cual nos tapamos y destapamos.
Entre ellos destacamos, los sofocos, sudoraciones, atrofia genitourinaria (sequedad vaginal, molestias con las relaciones sexuales), pérdida de la masa ósea, que a veces puede llegar a producir osteoporosis y fracturas, alteraciones cardiovasculares…
Aparte de todo esto pueden aparecer cambios en el humor, depresión… También existen las cefaleas, la falta de memoria y los trastornos del sueño.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la integridad ósea y cardiovascular. La menopausia implica un aumento en el riesgo de sufrir osteoporosis e infartos cardíacos. La forma más efectiva de prevenir estos eventos es a partir de una buena calidad de vida, que se basa en la actividad física regular y una dieta sana y balanceada, baja en grasas y rica en lácteos con un buen aporte de calcio.
No todas las mujeres van a tener estos síntomas juntos y algunas no tienen ninguno; así que a no asustarse.
Se ha observado que la manera de concebir la menopausia, ya sea como un “alivio” ó como un “problema”, marca el modo y la susceptibilidad con que las mujeres enfrentarán los cambios.
Nadie prepara a la mujer para este cambio; nadie nos dice que la menopausia es un ciclo más en la vida de la mujer; es un cambio vital.
- Terapia hormonal
La terapia hormonal de reemplazo consiste en la administración de hormonas para aliviar los síntomas de la menopausia en los casos en que la paciente se sienta muy afectada y perturbada por los mismos. Tomar estas hormonas ayudará además a prevenir la pérdida de masa ósea que ocurre durante la menopausia. Sin embargo, la terapia hormonal de reemplazo, tiene sus riesgos, por lo que se recomienda utilizarla en aquellas pacientes en las que su calidad de vida se vea comprometida, administrando la menor dosis posible durante períodos cortos de tiempo, teniendo en cuenta la historia personal de cada mujer, considerando los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular y antecedentes de cáncer de mama.
La consulta con el especialista brindará un adecuado asesoramiento para cada paciente, y proveerá de información necesaria para el control y la prevención de consecuencias a largo plazo.
La menopausia es una etapa natural de la mujer y es importante que cada una la viva como tal, en plenitud, y reforzando los buenos hábitos como la actividad física regular y la buena alimentación. El equilibrio entre el cuerpo y la mente se forjan a partir del ejercicio diario y de la aceptación de la vida y sus distintas etapas.
- Tratamientos y alternativas
Los tratamientos disponibles van desde ajustes en el estilo de vida hasta la terapia hormonal. Estos se enfocan en aliviar los signos y síntomas y en prevenir o manejar los trastornos crónicos que pueden producirse con el envejecimiento. Los más frecuentes son:
Terapia hormonal con estrógeno. Es la opción de tratamiento más eficaz para aliviar los sofocos menopáusicos. Si bien su uso a largo plazo puede provocar ciertos riesgos de tener enfermedades cardiovasculares y cáncer de mama, comenzar a utilizar hormonas cerca del momento en que comienza la menopausia ha demostrado ser beneficioso para algunas mujeres. Es conveniente consultar con el médico para evaluar cada caso individual.
Estrógenos vaginales, para aliviar la sequedad vaginal, administrados a través de una crema, una tableta o un anillo. Este tratamiento libera solo una pequeña cantidad de estrógeno y puede ayudar a aliviar las molestias al tener relaciones sexuales y algunos síntomas urinarios.
Tratamientos para mejorar el estado de ánimo, los sofocos y las alteraciones del sueño, como antidepresivos en dosis bajas.
Medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis, que ayuden a reducir la disminución de la masa ósea y el riesgo de fracturas. También se utilizan suplementos de vitamina D para ayudar a fortalecer los huesos.
Para elegir el tratamiento más adecuado es recomendable que médico y paciente conversen sobre las opciones disponibles y sobre los riegos y beneficios de cada una. Esto debe reevaluarse todos los años, ya que las necesidades de cada paciente pueden cambiar con el tiempo.
