Reno, Oklahoma (EEUU).- Su vitalidad es envidiable. Estamos hablando de la "superabuelita" Millie Sullens, una estadounidense de 90 años que, entre todas las actividades que hace, se destaca por seguir practicando esquí acuático.
Pero no se trata sólo de sujetarse y dejarse llevar, sino que además, Sullens lo hace con las manos libres y la cuerda entre sus piernas.
Esta "joven" de Reno, Oklahoma, aprendió a esquiar en el agua hace más de 50 años, cuando tenía 34, en un barco crucero 1959 de cabina que compró con su marido en 1960. Si bien él falleció, ella continuó disfrutando de la actividad y hasta les enseña a sus bisnietos a hacerlo.
Sullens también es un ejemplo de vida por su aspecto físico (no parece de 90 años) y porque, además, de no tomar medicación, sale a bailar todas las semanas.
Las historias como la de esta superabuelita nos demuestran que la juventud es una cuestión de actitud y que uno puede llevar una vida saludable y realizar ejercicio aún a los 90 añitos de edad.
Esta mujer, un ejemplo de vitalidad, presenta un aspecto físico que no se corresponde con una persona de 90 años, al menos no en el estereotipo que conocemos de una persona frágil, delicada y con problemas de salud.
Este caso nos recuerda que las limitaciones no las impone la edad, pues la edad influye, pero cumplir años no implica automáticamente perder capacidades o presentar múltiples enfermedades: podemos hacer mucho por cuidarnos y mantener o mejorar nuestras capacidades, a todas las edades.
Y que una vida activa y saludable puede garantizar una jubilación y una vejez llenas de vitalidad, ejercicio y calidad de vida, aunque nunca es tarde para comenzar a practicar ejercicio, pues los beneficios siempre superan a los "achaques" de la edad.