La OMS quiso poner énfasis en la necesidad de que los trastornos mentales sean tratados como cualquier otra dolencia.
"Los desórdenes mentales representan el 13% de la carga total de enfermedades en el mundo y representan un tercio de todas las discapacidades relacionadas con la salud", explicó en rueda de prensa Michelle Funk, experta de la OMS. "Eso quiere decir que son dolencias que afectan a millones de personas, por lo que no debemos olvidarlas", agregó.
La experta explicó que ha habido diversos estudios en lugares tan dispares como Estados Unidos, Etiopía o Reino Unido que han demostrado que las personas con desórdenes mentales mueren entre 10 y 20 años antes que la media de la población.
"Eso no quiere decir que se mueran directamente a causa de las dolencias mentales sino que fallecen de las mismas enfermedades que el resto de la población, pero al no ser tratados o al ser tratados pero no con la eficacia y celeridad del resto, acaban pereciendo mucho antes", explicó Funk.
"Hay que prestar atención no sólo a las condiciones mentales de éstas personas sino también a otro tipo de dolencias que éstas personas puedan tener y que muchas veces pasan desapercibidas", agregó.
La experta dijo que "hay un enorme vacío de tratamiento para estas personas", tanto para tratarlas de su dolencia mental, como para las enfermedades más regulares que les afectan. "Hay un fracaso fundamental en proporcionar tratamiento y servicios de calidad. Servicios que promueven la dignidad y los derechos humanos. Y estos dos temas son esenciales para la recuperación", agregó.
La experta denunció que la violencia, el abuso sexual, el hacinamiento en condiciones no higiénicas, o "pacientes olvidados por el resto de sus días" son situaciones comunes en muchos países del mundo.
"Algo que sucede tanto en los países pobres como en los ricos es que una vez te diagnostican con desórdenes mentales el mensaje es de que no hay mucho que hacer, y a los enfermos se les quita el poder de decidir sobre su propia existencia", agregó.
Es por ello que este año la OMS ha querido transmitir el mensaje de que "la dignidad es muy importante", y ha lanzado una campaña mundial (entre otros países en India, Malasia, Brasil, Jamaica), para promocionar el tratamiento digno que merecen los enfermos con transtornos mentales.
- Depresión gestacional
Uno de los trastornos emocionales o de conducta más frecuentes ocurre durante el embarazo y posparto. Y está relacionado con el estado del ánimo y la ansiedad.
"Aquellos sentimientos de depresión que aparecen durante los nueve meses se los denomina depresión gestacional y, quienes la padecen tienen tres veces más riesgo de padecer de depresión luego de dar a luz", afirmó la licenciada Patricia Martínez, del departamento de Psicología de Halitus Instituto Médico
Según la especialista, la depresión postparto es un síndrome afectivo que, de acuerdo a su gravedad, se clasifica en:
> Disforia posparto. Es un estado transitorio que se inicia en los primeros dos-cuatro días posteriores al parto, dura no más de dos semanas. Es el más frecuente, afecta al 85% de las mujeres que acaban de dar a luz. Por su sintomatología es un estado semejante al síndrome premenstrual.
> Depresión posparto es una depresión mayor que suele aparecer entre las dos semanas y el año después del nacimiento del hijo. Se caracteriza por sentimientos de culpa, irritabilidad, llanto, fatiga. Afecta directamente la capacidad para cuidar al hijo, por lo cual es necesaria la intervención farmacológica y psicoterapéutica.
> Psicosis posparto es una enfermedad aguda y grave. Se produce en una a dos mujeres por cada mil nacimientos. Se suele desarrollar las primeras semanas después del parto. En la psicosis posparto aparece inquietud, paranoia, confusión, incoherencia y negativismo. Pueden aparecer delirios relacionados con la salud del hijo, la intervención psiquiátrica a tiempo evita que derive en un trastorno psicótico crónico.
"Si bien es esperable que durante el embarazo y/o el puerperio, la mujer pueda experimentar alteraciones en el estado de ánimo y en las emociones, dichas alteraciones deben ser atendidas debidamente con el fin de evitar el desarrollo de patología psicológica o psiquiátrica. Dichas alteraciones impactan de lleno en el vínculo entre la madre y el recién nacido", explicó Martínez.
Y agregó: "El mundo interno de una mujer cursando depresión o más aún, psicosis, la invalida por completo en el cumplimiento del rol materno. Uno de los fenómenos más importantes que se da en este momento es lo que se conoce como "apego", pilar fundamental en la construcción del psiquismo del recién nacido, dado que por la vía del apego la madre contiene, e interpreta al recién nacido en su inmadurez pudiendo responder en forma de satisfacción a sus necesidades y calmando su angustia".
La licenciada concluyó que "la depresión, y por supuesto la psicosis, lleva a la persona a estar para adentro sumida en su propio universo emocional, poco receptivo y por lo tanto, poco disponible para interactuar con el niño. Por esta razón es altamente recomendable la detección del desajuste emocional por parte de los profesionales tratantes, y por supuesto, de la familia que es quien comparte con la paciente el día a día".