Ciudad de Buenos Aires (Argentina).- Forzar a los niños a realizar actividad física (y en general a todo lo demás) no es una buena estrategia para inculcarles los valores de una vida saludable. Y aunque quizás no lo necesitábamos para confirmarlo, la ciencia lo corrobora. Un estudio realizado por la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, afirma que si se los obliga a hacer actividad física, los chicos tienen el 50% de probabilidad de no seguir haciendo deportes de grande.

 

La investigación, publicada en la revista especializada "Medicine and Science in Sports and Exercise", se centró en niños en edad de escuela primaria, de 10 a 12 años. A quienes separaron en dos grupos. Unos realizaban actividad física por decisión propia y otros eran obligados. Después de estudiar sus hábitos de ejercicio, los investigadores determinaron que el grupo con los chicos que habían sido obligados a realizar actividad física no seguirá practicándola de adulto. En cambio, notaron que los niños que hacían ejercicio porque querían, se veían a ellos mismos como “personas que hacen ejercicios”, por lo que seguirán con el deporte el resto de sus vidas.

 

Con los resultados del estudio, el jefe de equipo de investigadores, Rod Dishman, aseguró que “cambió la discusión de cómo conseguir que los niños hagan actividad físicamente. En lugar de pensar en el corto plazo (es decir, ¿cómo puedo hacer para que mi hijo haga suficiente ejercicio esta semana?), el debate debería ser sobre cómo lograr que los niños se identifiquen a sí mismos como personas físicamente activas para asegurar que llevarán estos hábitos por su cuenta más tarde”.

 

En síntesis, la actividad física es esencial para los chicos y hay que lograr que la realicen conscientemente y que la adopten, para que luego ellos mismos sigan ese camino de buenos hábitos. Sin embargo, no hay que obligarlos, en su lugar hay que incentivarlos con el ejemplo.

 

 

 

Desde corta edad planificá actividades en donde participe usted, la madre del niño y hermanos y amigos, si se puede. Intentá que no se agote, para no generar en él malos recuerdos. Corran juntos 10 metros para empezar y luego andá sumando distancia. Hacelo divertido, que sienta que se trata de un juego.

 

 

En los días que vas a correr alguna carrera, organizá el día para que sea como un día de campo. Llevá la comida que le guste y que te acompañe la madre también, y si se puede a primos y demás. Mientras más sean mejor, ya que los chicos van a vivir la jornada con mucha intensidad.

 

 

Cuando estés a punto de llegar a la meta, y si la carrera lo amerita, hacé que tu pibe te acompañe esos últimos metros. Para entusiasmarlo, antes de empezar la carrera, ya dejalo con todo el “uniforme” oficial del corredor. Listo para salir.

 

 

Después de la carrera, cuando necesitás reponer nutrientes y sales, permitile al nene que te ayude a preparte algo. Es importante que los niños entiendan la buena nutrición a una edad joven.

 

 

Hay un montón de carreras para niños que además son muy divertidas. Ojo, no lo fuerces. Contale de qué se trata, que le agarre intriga. Que él decida qué quiere hacer. Pero la “venta” que hagas del evento es fundamental. Vos sabés más que nadie cómo incentivarlo.

 

 

No hay mucho misterio en esto. Ya sabemos cómo se emocionan los chicos cuando van a recibir un regalo. Pero que participe de la compra, que te acompañe y que vea tantos modelos como quiera.