Nueva York (EE.UU).- En dos análisis en cuatro países industrializados y sobre más de 5.000 personas, investigadores hallaron también que el monitoreo hogareño de la presión a menudo detecta la llamada "hipertensión enmascarada".
Si eso permite que más personas con presión alta oculta reciban tratamiento, sería económico y útil ampliar el control de la presión al hogar.
"Muchas complicaciones cardiovasculares ocurren en personas con presión normal en el consultorio", dijo el doctor Jan Staessen, investigador de la División de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, y autor principal de las revisiones publicadas en las revistas "PLOS Medicine e Hypertension".
El 10% de la población tiene valores de presión normales o elevados dentro del rango normal en el consultorio, pero presión alta en el hogar o el trabajo. Esto se conoce como hipertensión enmascarada, y a menudo no se trata porque a los médicos les cuesta detectarla.
El equipo de Staessen analizó los datos de cinco estudios publicados sobre el monitoreo hogareño de la presión realizados en Finlandia, Japón, Grecia y Uruguay.
Valores por debajo de 120 y 80 mm Hg para la presión máxima y mínima, respectivamente, son "óptimos". Los valores "normales" son 120-129/80-84, los valores "altos normales" son 130-139/85-89, la "hipertensión leve" es de 140-159/90-99 y la "hipertensión grave" es de 160-100 o más.
Los autores consideraron que un valor de 130/85 o más en el hogar indicaba hipertensión enmascarada cuando los participantes no reunían los criterios clínicos de hipertensión en el control en el consultorio.
El 5% de los participantes con presión "óptima", el 18,4% del grupo con presión "normal" y el 30,4% con presión "alta normal" en el consultorio tenían hipertensión enmascarada en el hogar.
Durante los 8,3 años de seguimiento, esos participantes tuvieron entre 2,24 y 2,65 veces más riesgo de sufrir una complicación cardiovascular que aquellos con presión normal tanto en casa como en el consultorio.
En un comentario publicado en "PLOS Medicine", el doctor Mark Caulfield, de Barts y la Escuela de Medicina y Odontología de Londres, recuerda que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo.
"Con la creciente carga de hipertensión y el aumento de dispositivos económicos, el monitoreo hogareño de la presión serviría para diagnosticar la hipertensión y decidir a quién tratar. Los pacientes participan de la evaluación de su presión sanguínea", escribió.
En otro análisis, Staessen revisó cómo el monitoreo hogareño de la presión influye en el perfil de riesgo cardiovascular de los pacientes con hipertensión enmascarada o lo opuesto, que es la hipertensión de delantal blanco (cuando la presión aumenta en el consultorio y en el hogar es normal).
El estudio incluyó a 6.458 participantes; 5.007 no usaban tratamiento alguno para la presión: 404 del grupo sin tratar tenían hipertensión enmascarada, 695 padecían hipertensión de delantal blanco y 924 eran hipertensos.
Sin tratamiento, la hipertensión enmascarada elevaba un 55% el riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares con respecto de la población con presión normal, mientras que la hipertensión de delantal blanco lo hacía un 42% y la hipertensión sostenida lo duplicaba.
En tanto, en el grupo bajo tratamiento antihipertensivo, la hipertensión enmascarada detectada mediante el monitoreo hogareño aumentó un 76% el riesgo cardiovascular.
El equipo consideró posible que los pacientes con hipertensión enmascarada no estuvieran bajo tratamiento debido a sus bajos valores de presión en el consultorio.
Independientemente de utilizar o no un tratamiento, Staessen comentó que las personas con factores de riesgo de hipertensión enmascarada, como los fumadores, los obesos y los adultos mayores, deberían controlarse la presión en el hogar.